viernes, 23 de marzo de 2012

Una vieja carta para ti...


Hola lindo!!!

No sabes lo feliz que me hace el saber que la dulzura de Lis te va a hacer llegar esta carta hoy. Tengo que decirte que mi vida ha dado dos cambios drásticos: el primero, hace como dos años y medio, cuando mi papá trajo a Venezuela un cd de, según sus palabras: "Un niño que canta muy bien, creo que te va a gustar", me dijo. Cuál era el cd? “Amaneciendo” de un jovencito con sonrisa de ángel. La segunda, cuando surfeando en Internet conseguí tu página oficial y en ella, el cyber fans club, la única manera en la que me puedo sentir cerca de ti, estando tan lejos!!! Ahora, aparte de tener noticias tuyas a diario, tengo una inmensa familia de amigas que son lo máximo. Gran motivo para agradecerte!!!

Sí, me has cambiado la vida. Tanto que siento que estamos conectados de alguna manera. Tal vez te suene raro, pero una anécdota: esta mañana, antes de salir de casa al trabajo, tome tus cd's y me dije: "hoy es un gran día para escuchar a Lu". Cuál es mi sorpresa? Apenas llego a la oficina, Lis me da la noticia de que voy a poder escucharte en la radio por Internet!!! Y no contenta con eso, me pide que te escriba esta carta!!! Es claro que no te digo todo lo que quiero, ni todo lo que significas para mi. Pero estando en Venezuela, sin saber cuando por fin te tendré en mi tierra, es un alivio saber que las chicas me ayudan a estar cerca de ti.

Yo soy una chica normal, sin excesos ni extremos. Actividades normales, muy amiguera y dedicada por completo a mi carrera. Haciendo grandes cambios y procurándome un futuro lo más cercano posible a mis sueños. Mis sueños? Por ahora, dedicarme a mi profesión en el área que me gusta: Audiovisuales; me encantaría hacerte un vídeo!!!. En futuro… ser feliz!!!

A ti: te sueño cada noche. Te pienso como a un gran amigo. Te siento como a mi ama gemela y me apoyo en tus canciones cada vez que siento que el mundo podría aplastarme. Cómo no quererte? Cómo no esperarte y soñarte? Cómo no creer que en mi futuro siempre va a estar este angelito y que algún día yo voy a estar en su futuro también? Es obvio, este es el segundo paso para quedarme en tu futuro… Y como ya te dije en el chat: en Venezuela me tienes como fan, como amiga, como cómplice. Para reír, para llorar, para parrandear…!!!

Así que te digo Amigo, acá tienes una Gran Amiga, que te adora desde lo más profundo de su corazón y que por Dios que hace cualquier cosa para estar cerca de ti!!!!

A Dios, le agradezco haberme dado la vida, a mi familia y a mis grandes amigos. Hoy, un motivo más para agradecerle: haber permitido que entraras en mi vida y haberme permitido entrar a la tuya, aunque sea por un ratito!…

Besos y muchos amores para ti!!!

Fechada el 06 de enero del 2003

Preguntas sin respuestas/Respuestas sin preguntas


Esta noche, sola en mi cama, vuelven a mi los recuerdos de un pasado que jamás pasará, un presente que sólo yo puedo ver, un futuro que nadie más compartirá. En ocasiones, las preguntas invaden mi mente y me atormentan sin dejarme dormir, sentir, pensar o respirar. Me ahogan, ensordecen y enloquecen y las respuestas nunca llegan…

¿Dónde quedó todo aquel tierno y puro amor que compartimos? ¿Dónde estás tú? ¿Dónde estoy yo? ¿Aún me piensas? ¿Crees que te pienso? ¿Guardas en algún lugar de tu corazón la esperanza secreta de volverme a ver?

¿Aún sueñas con mi cuerpo tibio entre tus brazos? ¿Al recostarte de noche en tu cama, sientes cómo mis labios suaves recorren tu cuerpo y un leve cosquilleo te quita el sueño?

En las noches, cuando el sueño te vence y te dejas flotar en la cama… ¿No interrumpe tu descanso encontrarme también entre tus sueños? Entonces, despiertas agitado y sudoroso, tratando de conseguirme entre tus sábanas. Buscándome con tu brazo desesperadamente hasta que la somnolencia se disipa y recuerdas que estás solo…

Luego, te cuesta recobrar el sueño de pensar que yo podría estar en la misma situación .Y, por tu mente racionalista y práctica, sencillamente decides no pensar más y dedicarte a dormir, pues: “Mañana hay que trabajar”. Y así, noche tras noche y día tras día las preguntas también te persiguen y, a veces, te hacen sentir que dejas de disfrutar la vida por pensar en un pasado que quedó en el olvido o que quieres que quede en el olvido o que crees que yo olvidé.

Y, cuando estás un poquito nostálgico y filosófico, te preguntas dónde están esas respuestas y piensas y piensas y terminas aún más triste porque lo único que hay cierto es que esas preguntas no tienen respuesta…

Sabios dicen que todos tenemos las respuestas y que sólo hay que buscarlas en nuestro interior pero… ¿Qué pasa cuando buscas y buscas y sigues buscando y sólo das vueltas en un interminable círculo que te desquicia? Peor aún… ¿Qué pasa cuando sabes que tienes las respuestas y que éstas son la verdad más grande que podrás tener jamás? Y el miedo que lo hombres nos siembran te impide reconocerla y disfrutarla...

¿Qué será de nosotros, entonces, cuando ya no haya fuerzas para pensar, para hacernos preguntas e imaginarnos respuestas? ¿Qué será de nosotros cuando sea el viento quien nos pegue en la cara esa dulce y, para entonces, triste verdad que tratamos de ocultarnos tanto y que no podremos realizar?

¿Círculo o espiral?


No, una melodía corta y aburrida que se repite una y otra vez...

Día a día pensamos que la misma historia se nos repite una y otra vez... Y hartos de ver las mismas caras en cuerpos nuevos pensamos que no queda otra salida más que dejarnos llevar por la corriente.

Yo, terco salmón, he pasado todo este tiempo pensando que luego de tanto subir, habrá un panorama diferente. Y nado... nado... nado... y llego al inicio del río y encuentro nada...

Veo atrás y queda poco... Piedras, aguas ya transitadas, hojas que se dejan llevar por el caudal…

Dentro del río, todo cambia pero siempre es igual…

martes, 13 de marzo de 2012

Hoy es un día para celebrar...

Porque eres único y grande, tan grande como tus sueños…

Porque hace 18 años, por estos mismos días -fue en septiembre-, me demostraste que la magia existe (y viaja a donde quiera que vayamos, dentro de cada uno de nosotros)…

Porque no conozco nadie tan claro en esta vida como tú…

Porque un día como hoy, Dios, la vida y tu madre, permitieron que el mundo fuera iluminado por tu luz por primera vez…

Porque vas por la vida soñando y haciendo realidad tus sueños…

Porque me has enseñado más de lo que he sido capaz de aprender y no te cansas de hacerlo…

Porque caes, te levantas; mueres, renaces y te reinventas, tanto como es posible en el camino por alcanzarte…

Porque toda Bruja_Real  tiene un gato que la acompaña y un sapo que la escucha…

¡¡¡Gracias por estar siempre en mi vida y ser parte de mi…!!!

domingo, 11 de marzo de 2012

Laguna Verde - Inconcluso


Dulce ángel adorado... Piérdeme en tus ojos.
Lléname la de profundidad de ese verde mar que me da paz
y devuélveme a la vida que nunca antes soñé.

Dulce ángel adorado... Llévame en tus brazos a sitios de no ser.
Dame un nuevo norte y pierde en el horizonte la tristeza del ayer.

Dulce y seguro refugio la Laguna Verde de tus ojos.
Manantial de esperanzas y sueños aún sin soñar
que llenan mi alma hasta la eternidad.

Esto lo escribí durante la boda de Ricardo y Raizza (08102011). Pensé que luego llegaría la inspiración para completarlo pero aún sigue así, inconcluso...

¿Quién eres? ¿Quién soy?


Porque eres así, simple y sencillo. Con una media sonrisa que me alegra la vida...

Para el resto del mundo, no eres más que un caballero errante. Un rebelde sin causa, un caso perdido que no consigue sino provocar dolores de cabeza. La mayor preocupación de tu familia y de quienes te quieren querer. El incomprendido, el abandonado. El que todos temen y a quien todos le caminan lejos ¡Qué equivocados están! Unos pocos lograrán ver que eres un Quijote más. Sin embargo, tampoco te podrán comprender jamás.

¡Para ti, todo se traduce en soledad y olvido!

Un romántico a morir, de esos que sueñan amores que llenan de música la vida. Que dibujan sonrisas a montón en medio de la más honda tristeza. El príncipe a caballo que todas soñamos de niñas. Que espera a su bella princesa dormida para devolverle la vida con un beso de amor.

Un idealista empedernido, convencido de sus ideales como nadie que haya podido conocer en vida. Fiel, sobre todo, a sí mismo ¿Será por eso que te admiro tanto? En medio de la locura de nuestras vidas has seguido ese camino complejo que te has trazado y sobreviviste. ¡Eres un triunfador!

Los de afuera podemos pensar que te cierras caminos, que te aislas y te proteges. ¿Pero quién necesita ser juzgado? Los interesados y superficiales quedan fuera de tu mundo de esa manera y son un estorbo menos con el cual lidiar en el día a día.

¿Parece fácil, no? Mandar al mundo y sus conceptos al carrizo viejo. Mirar adelante y afrontar cada día como viene. Lo sería, si no tuvieras sobre tus hombros el peso de ese adorable caballero que lucha por salir de la prisión.

Todos los contrastes en la medida justa. El amor del mundo para dar, con un ansia igual de grande por recibirlo. Dispuesto a salvar del peligro a cualquiera, pero añorando una princesa que te rescate. Independiente y autosuficiente, desesperado por poder compartir cada pedacito de día con alguien igual de apasionado.

No puedes culparme por querer protegerte. Yo tenía la verdad completa y tú sólo medias verdades. Hoy no sé si eso fue bueno o malo, sé que fue lo correcto. Que hoy puedas ver a través de un espejo de doble cara y se te desdibuje tu rostro con el mío, no es más que la consecuencia de lo que no sabias.

Por eso, voto por la honestidad que tenemos hoy. Sobre la base de una ilusión pasada, hoy se levantan profundas y fuertes columnas que soportarán el futuro. Con la verdad en las manos, a flor de piel, podemos ver el mundo tal cual es.

Un día, hace mucho, escribí:

"Mis labios ya no son mis labios, son la sombra que dejaron los tuyos al besarme".

Hoy esa frase cobra un nuevo significado para mí. De tanto extrañarte, de tanto pensarte, ya no sé si eres quien tú eres o si eres reflejo de todo lo que temo y amo de mi.

Lo que no digo cantando


La pantalla siempre será cómoda y segura para las que no tenemos ovarios. Aquí todo está bien. El problema empieza cuando imagino verme en tus ojos otra vez.

¡Como si yo cantara!

Te encontré


¿Tres veces en la vida???
¿Es posible???

Aún recuerdo sensaciones de la primera vez que te ví... Yo en mi disfraz, tú en el tuyo (que aún no te quitas). Ambos orgullosos de ser quien éramos, sin saberlo realmente. Convencidos de poder convencer al resto del planeta

Ambos estuvimos hundidos en un profundo mar de gente que nos arrastraba en sus mareas y ambos decidimos aferrarnos a la misma tabla. Creamos un universo entero para nosotros dos, donde todos los demás eran mariposas revoloteando a nuestro alrededor. Sí, esta es mi percepción (tanto idílica como realista) y es que resulta que no necesito preguntarte cuál fue la tuya.

Está bien, sé que suena un poco egocéntrico de mi parte tal afirmación pero no veo razones ni motivos para desmerecer esa noche que, definitivamente, cambió mucho de nuestras vidas. Además, la historia en sí habla por si sola. Si no, no estaríamos aquí hoy y tú no estuvieras leyendo y atesorando todas y cada una de mis palabras como sólo tú sabes hacerlo.

Soy la responsable de este muerto y eso no me lo quita nadie. Puede que te ponga caritas y me quiera hacer la desentendida pero si hoy estamos aquí, ha sido por mí. Dos veces, jejejeje (risa de niña traviesa). Esa noche abrió un mundo de posibilidades para mí y me negué a creer que tenía que conformarme sólo con ese momento en toda la eternidad. Era otro mundo, otro país el que vivíamos entonces y no me importó jugar a la detective hasta encontrarte de nuevo, hasta asegurarme que estarías en mi vida tanto como yo quisiera.

Con eso aseguré el inicio de los que han sido los 3 años (tu cuenta está medio chucuta) más importantes de mi vida. Jugando a ser una princesa de cuento, rescatada por el caballero armado con caballo y todo (que está disfrazado de dragón). Sin darme que cuenta de que nos rescatábamos los dos.

Sólo en ese universo paralelo logramos encontrar la verdad de nuestro ser. Yo nunca he sido tan "yo" como esas tardes de visita y paseo y sé que a ti te ha pasado igual. Nunca lo dijimos pero era evidente que era el único espacio en el que ninguno necesitaba fingir ni aparentar. Ambos hacíamos concesiones, aparentemente, a favor del otro pero en realidad nos permitíamos seguir un camino que añorábamos pero temíamos.

Juntos, realmente fuimos uno. Anhelos, carencias, todo era igual. Yo jugaba a dejarme salvar por ti, mientras jugaba a salvarte. No importó ni el tiempo ni la distancia para que ambos fuéramos las mejores personas que hemos podido ser en esta vida.

Era un mundo idílico en el que sobraban hasta las palabras. ¡Lástima que no hayamos sabido conservarlo! Cuando pienso en que ese universo terminó, es que confirmo que los seres humanos no estamos preparados para comprender y vivir el amor. El amor que yo entiendo es sublime, todopoderoso como el amor de Dios, como el amor de una madre. Nada que ver con la mezquina lucha de poderes a la que nos sometemos día a día, manipulando cada acto bajo una fachada de confianza, respeto o solidaridad.

Recuerdo mucho cuanto me decías que lo único que querías en tu vida era emular la vida de tus padres. La entrega de tu padre (QEPD) a tu madre, a tu hermano y a ti. Vivir la fotografía familiar perfecta cada día de tu vida. Pero la realidad es otra. No es que no sea posible, es que es un hueso duro de roer. Más cuando tu pareja se convierte en un peso muerto o un enemigo interno en pleno proceso. El preámbulo a una batalla campal de soberbias que acaban, inevitablemente, con la implosión del universo propio y compartido.

Mucho me decías: "Si amas algo, déjalo libre. Si vuelve a ti, es tuyo. Si no, nunca lo fue". Esa fue tu premisa para mí durante esos 3 años y una de las mayores verdades que conozco. Así pasó el tiempo hasta que un día me viste tocar la puerta de tu casa.

Perdida y desorientada por dentro, cuestionando todos mis principios, valores y sueños, volví al único lugar seguro en la Tierra. Al refugio que me brinda el único loco en este planeta que es tan bobo como yo para soñar y para creer. A la estabilidad y a la seguridad de la mano amiga de tu madre, quien siempre ha estado ahí para mí, como si fuera una hija más. A lo conocido, a lo una vez amado.

En ese momento no pude quedarme por mucho tiempo. No aguantaba engañarlos tanto. Me pesaba el rol de la princesa salvadora cuando estaba hundida en lo más profundo del lodo. No era una buena persona y no tenía derecho a dañar toda esa pureza con mi maldad. Entonces hice lo que la mayoría de los mortales: huí tan lejos como pude para perderme en mi miseria. A lo mejor te protegía otra vez.

Por eso, ahora, renacida de las cenizas como el Ave Fénix y valiéndome de la nueva era tecnológica, no me importó poner de nuevo el mundo de cabeza para encontrarte. Ya ves por qué Bruja_Real. Aquí estamos. No me sorprende que no me hayas recordado a la primera. De hecho, no me hubiera sorprendido que no me recordaras para nada. Una de las pocas cosas que he aprendido es que el ser humano no sólo puede bloquear lo malo de su recuerdo, también lo bueno. Es como si nos protegiéramos al mantenernos en el promedio, ni muy bueno ni muy malo, para salvarnos de dudas y comparaciones inevitables.

Tal vez lo único que me sorprende es que no entiendas por qué te conozco tan bien. ¡Somos caimanes del mismo charco, pequeño! Cada uno con su disfraz, pero exactamente iguales al final de la noche en la realidad o en la fantasía (Sí, lo confieso. Tampoco pude dormir, pensando) Fíjate, te pedí tiempo porque no sabía qué decir y ahora estás obligado a leer esta biblia de un testamento mucho más nuevo y privado.

Por eso, no se cuántos, tal vez 10 años después de la última vez que nos vimos, no necesito que me digas quien eres ¡Eso lo llevo tatuado en sangre! Mucho te digo que ahora hemos cambiado y somos personas diferentes pero sólo en el disfraz. En todo caso quisiera saber ¿Quién aparentas ser? O ¿Quién quieres que el mundo crea que eres? Porque a mi no me engañas.

Una vez te comenté de un libro: "Puente al Infinito". Allí, en el prólogo, su autor dice algo así como que en nuestra era los caballeros y princesas se han empeñado tanto en aparentar ser otra cosa que se perdieron de sí mismos. Que han colocado muros y barreras para protegerse y lo único que han logrado ha sido aislarse. Hay algo que es cierto: aislados no vamos a conseguir el amor.

En el mundo que yo comprendo, la única manera de conseguir el amor es derrumbando a plomo todas esas murallas internas y externas. Hacernos vulnerables para permitirle que nos tome. En el amor, es él quien manda. Mientras quieras hacer tu voluntad, forzarlo, domarlo, sólo estarás viviendo espejismos que lo único que dejan es mal sabor de boca.

De allí que mi mayor amor nunca haya sido mi novio. Por convicción y cuando aun no sabía nada de la vida. Las cosas tan grandes y puras y no merecen ser ensuciadas por la mano humana. ¿Para qué dejar que nuestros defectos las empañen y conviertan en una masa amorfa en el recuerdo?

Para vivir el amor hay que entregarse. Volcarse hacia lo amado y disfrutarlo en su plenitud. En sus carencias. En sus virtudes y en sus defectos. Abrirse por completo y fusionarse hasta que no hayan límites definidos. Permitirle a su euforia tomarnos hasta embriagarnos por completo (sí, es la mejor droga), sabiendo que así como nos hace felices, así nos duele. Y cuando duele, disfrutar también de ese dolor.

Esa tristeza en tus ojos, muy seguramente, ha de ser el caballero de armadura con caballo y todo, luchando por liberarse de ese oscuro calabozo que le has hecho. Hay que vivir el amor. Dejarlo que nos tome y nos deje a su antojo para seguir adelante una y otra vez.

Por eso te digo que un roquero no cree en el amor. Que un roquero no dice que es vulnerable. Que un roquero no sueña una familia. Que un roquero, definitivamente, ¡no se tatúa un corazón!

Es todo lo que te puedo decir.

Hace tanto...


"Que 20 años no es nada, que febril la mirada". Que han pasado 22 y hay cosas que recuerdo como ayer…

Hace tanto que no escribo que pensé que había olvidado cómo hacerlo ¡Y es que he olvidado tanto! En algún punto del camino que tracé para mi vida, olvidé cómo perderme. Hoy camino con rumbo fijo pero sin mirar a los lados porque he olvidado cómo hacerlo, ni siquiera logro mirar atrás.

¿Qué pasa? Que para encontrarte no necesito mirar atrás. Hoy estás tan presente en mi vida como el primer día. Entonces, yo te seguía entre las ramas para que no advirtieras mi presencia. Así fui aprendiendo de ti, del fútbol, de tus gustos. Fui creciendo a tu alrededor sin que supieras que yo estaba ahí.

Más adelante, me propuse entrar a tu vida y permanecer en ella. Ahí no importaron principios ni miedos. Contrario a todo y valiéndome de todos te llegué tan cerca que logré que me extrañaras. Cuando el tiempo y la vida pusieron la primera distancia entre nosotros, tú volviste con ansias de mi cercanía. Ahí comprendí que había logrado ser parte de ti y tuve miedo.

Más adelante creí que la única forma de estar cerca de ti nuevamente era siguiendo ese anhelado norte que ayudaste a formar en mi. Hoy, la distancia y la cercanía son conceptos tan abstractos que no los logro comprender. Estamos en polos casi opuestos del planeta pero lo que es mi vida hoy se parece tanto a ti que no dejo de soñarte.

En los últimos 5 años habremos cruzado unas escasas 100 palabras, todas escritas. No recuerdo tu voz pero te siento tan cerca que puedo tocarte. Me sorprendes en cada sueño, cuando menos lo espero. Cuando parece que te he olvidado.

Parece que en la distancia no quisieras permitirme alejarme. Ahora, me rodea mucho de lo que eras cuando yo era una sombra más entre las ramas de los árboles. Cuando me convenzo de que sólo son casualidades, saltas a mis sueños y los invades haciéndome vivir una realidad alternativa, tan hermosa como compleja.

¿Serán los sueños errores en la matriz? ¿Serán la ventana a alguno de esos millones de universos paralelos a los que les damos la espalda con cada mínima decisión en nuestras vidas? ¿Serán la única oportunidad que le dejamos a los hilos de plata para que nos acerquen a nuestro verdadero ser? ¡NO SÉ!!! Y no sé si quiero saber ¡Lo que sí me he vuelto es cobarde!

Hoy tengo miedo. No quiero dormir. Siento que tan pronto cierro los ojos vas a tomar mi mano y llevarme a recorrer, nuevamente, esos caminos a los que les he dado la espalda.

Ya son tres las noches que me has robado. Ya son tres las mañanas en las que he despertado desorientada, sin saber si fue que lo viví. Cada vez es más real y no quiero volver a sentir el calor de tus manos guiándome por la vida.

Anoche me perdí en tus ojos. Cierro los míos y vuelvo a sentir el peso de tu mirada, de tus pensamientos, de tu ser sobre mí empujándome a ser de nuevo aquella de otros días. Que no me hablas pero te escucho atentamente y aprendo de ti. Que conozco ahora más de tí cuando estás más lejos. Que tu madre me quiere como a una hija.

Ya son 3 las horas que he pasado pensando y escribiendo para no enfrentar a mi almohada. 18 desde que me levanté sintiendo que ayer vivimos lo que nunca vivimos y parece tan real que ya no sé si la vida que llevo es mía o es prestada.

Que soy mujer y la curiosidad me mata...

Que temo no querer despertar...

Que temo aprender a perderme en mis sueños para no perder tu compañía...

Más que un momento de inspiración, vestigios de otra yo...


Dedicado a ti que, para mí, eres todo el amor que me acompañará en esta vida. Un amor que sólo tú y yo conocemos, comprendemos y compartimos.

Si, el momento de inspiración me duró más allá de escribir la respuesta al mensaje de Nancy. Quienes me conocen desde hace mucho, muy posiblemente pensarán que éste es mi estado natural. Para los que me conocen desde hace poco, posiblemente se preguntarán: -¿Que tú, qué?- y todos los intermedios, puede que estén de acuerdo con Jorge Pestón en compararme con aquellos caramelos de los 90’s llamados Aciditos (muy ácidos por fuera pero con un centro en extremo dulce). A la final, puede que todos tengan la razón o tal vez ninguno. El paso por esta vida enseña a cada quien lo imposible que es llegarnos a conocer completamente, pues el ser humano vive cambiando, reinventándose, muriendo y, en cada intento, renaciendo como el Fénix.

En honor a la mal llamada "semana del amor", mal llamada por lo que le dije a Nancy en el muro: El día del amor debería ser los 365 días del año; mi lado reflexivo despertó a mi lado sentimental (que, demás está decir, ha tenido un sueño algo liviano, últimamente) y me senté a reflexionar en torno a lo que el amor es. Ese correo de Ricardo, con esa frase tan particular, me dejó pensando desde que lo leí. A continuación, mis reflexiones:

"El amor no se trata de encontrar a alguien con quien vivir, se trata de encontrar a alguien con quien no puedes dejar de vivir"

En líneas generales, más allá de lo que cada individuo pueda plantearse como meta de vida, yo estoy convencida de que la razón por la cual el ser humano está y permanece en la tierra es para aprender sobre el amor. La razón de su permanencia aquí radica en el hecho de que llamamos amor a muchas cosas distintas que, si bien pueden formar parte del amor, no llegan a representarlo en toda su magnitud. A menudo vemos parejas constituirse y mantenerse por conveniencia, costumbre o compromiso. Todos, disfrazados de miles de razones completamente válidas que sólo generan un par de individuos decididos a luchar y permanecer en algo que en sí, no debería representar una lucha. Hombres frustrados que ven en cualquier mujer (menos en su pareja) a la más ideal de las mujeres. Mujeres que llenan su vida de angustias y reclamos ante un esposo ausente (ausente de esencia, de espíritu, puede que no tanto de cuerpo). En fin, parejas que, para los de afuera, sencillamente son disparejas.

En este momento, a la mitad del camino que podría ser toda mi vida, creo haber tenido la oportunidad de conocer varios de esos "tipos de amor" que solemos experimentar los seres humanos. No soy quién para decir cuál es el verdadero amor, ni para juzgar el amor que otros hayan podido sentir. Sin embargo, tengo suficiente autoridad para establecer y exigir el tipo de amor que quisiera recibir y el que estoy dispuesta a dar.

En algún momento pensé (o sentí) que el amor nacía entre dos personas que se gustaban y que sabían que podían estar juntas; pues, no. También sentí que bastaba con que una de ellas (no precisamente yo) estuviera convencida de la relación para que ésta funcionara; pues, tampoco. ¿El resultado? Varios años hermosos compartidos y llenos de desdicha y frustración que, para ambos, se mezclaban con alegría y felicidad. Y no, no es que no te amara. Es obvio que durante ese tiempo yo misma estaba convencida de que lo que había entre nosotros era amor, del más puro y eterno, pero no. Entre nosotros hubo muchas otras cosas: pasión, locura, camaradería en extremo, niños jugando a ser gente grande -vaya que tu mamá tenía razón- Fuimos mucho de compartir los sueños y de retarnos a hacerlos realidad, hasta que la realidad nos golpeó la cara: no éramos lo que el otro quería. Y hoy, cada quién ha seguido su camino en torno a los sueños que primero quiso cumplir.

Más adelante, llegué a pensar que para el amor bastaba el apoyo y la solidaridad. Y es así, como de una relación ligera que nació por el simple disfrute de estar con alguien con quien tienes mil cosas en común, nació un compromiso más pesado que un elefante (lo que me hizo comprender el dicho: “pesa más que matrimonio obligado”). Y llegué a estar convencida de que contigo era con quien debía estar, sobre todo, porque eras alguien con quien podía vivir. A eso se le sumaba la obligación (si, por favor, no me regañes por usar esta palabra) resultante de haber estado ahí en el momento y lugar equivocados. ¿Equivocados por qué? Pues, por haber tenido tantos momentos duros (al extremo) que compartir. Puede que entre nosotros haya habido mucho de lo que compone el amor (pasión, sí, la hubo; apoyo, mucho; comprensión, más de lo habitual; comodidad, más de lo que muchos mortales pueden llegar a soñar) pero nos faltó algo. Un componente primordial: ¡El respeto, mutuo! A menudo nos vimos obligados, amarrados a la relación, valorándola tú por la confianza que tenías en mí y yo por la que confianza que quería que me tuvieras (porque la que yo te tuve sabemos que se perdió pronto). En fin, encerrados en una espiral que parecía más un círculo, en pro de mantener lo que para todos parece correcto. Pues no. Eso tampoco es amor.

Ahora, con la mente fría y el corazón tranquilo puedo pensar con claridad y reflexionar en torno a la, ya famosa, frase: "No es encontrar a alguien con quien vivir, es encontrar a alguien con quien no puedes dejar de vivir". Los más textuales dirán: eso es dependencia y el amor, tampoco es eso. Pues no, mis queridos amigos. Hoy sé que en este mundo puede haber alguien de quien no dependas y con quien no puedes dejar de vivir. ¿Cómo es eso? Pues simple:

Mirando atrás, como he tenido que hacerlo para sentarme a escribir esto, me doy cuenta de que yo ya cumplí con mi misión en esta vida (partiendo de la premisa por la cual comencé a escribir). Sí, ese amor eterno y total que nos cuentan las novelas rosa y uno que otro escritor-filósofo, yo ya lo viví y lo seguiré viviendo hasta el final de mis días (gracias a Dios). Porque en su raíz, el amor es energía y la energía no se destruye, se transforma. Entonces, el amor no se acaba (si se acaba, no es amor). Se transforma y, para uno que otro osado (como tú y como yo) podemos seguirlo llamando amor, sin que por eso implique una relación con un componente sexual entre los dos.

¿Por qué digo esto? Porque es la semana del amor: honor a quien honor merece. Hoy en día, puedo decir que es poco lo que recuerdo de mi vida antes de ti. Sí, aunque me maten por lo que voy a decir. Omar una vez me escribió algo en una tarjeta que (no recuerdo la frase exacta) decía algo así como que una vez hubo un hombre tan importante que dividió la historia de la humanidad en antes y después de él (la frase se refería a Dios). Obvio que él me dedicó esa frase y creo que no es hasta ahora que la comprendo realmente en toda su magnitud (por cierto, ¡gracias, Omar!). Si, recuerdo mucho de lo que viví antes de conocerte, pero mejor recuerdo lo que compartiste conmigo y lo que me ayudaste a superar.

Recuerdo lo que compartimos y cómo nuestra relación (con los tropiezos) es y sigue siendo de conocernos y ayudarnos a conocernos. Ir creciendo, cada quien a su ritmo y a su modo. Juntos, revueltos, separados, juntos otra vez, cada quien en su propio mundo Tu presencia en mi vida me ha demostrado lo que es la verdadera compañía (nunca más me he sentido sola). Cómo, aún cuando saliste de mi vida, toda mi vida tenía que ver contigo. Sí, lo sabes, no hubo un momento en el que yo no pensara en ti. Aún hoy, eres mi "dato estable" (para quienes saben lo que es eso), mi contacto con la realidad, mi verdadero hogar. La única persona que creo capaz de aceptarme y no juzgarme, como siempre ha sido entre los dos. El único desquiciado que comprende estos conceptos con el significante exacto que yo les doy. Sin preguntas, ni malentendidos. Porque fuimos y hemos sido todo lo que necesita el amor: amigos, amantes, compañeros, camaradas. Porque nuestra relación siempre se basó en eso: amor (confianza, respeto, cariño, aceptación, apoyo y todo lo que ya hemos hablado).

Por todo esto y para los que no lo saben: todos podemos encontrar el amor. Lo que debemos evitar es encasillarlo en la forma de "mi pareja". Sí, el ideal sería que encontráramos el amor en nuestra pareja pero, a veces, el tiempo y otros factores juegan en contra de esto. No siempre los astros están alineados a nuestro favor o, peor aún, nos encargamos, con nuestros errores, de hacer imperfecto el tiempo de Dios. La idea, al final del camino, es aprender y yo, a tu lado, he aprendido más de lo que habría imaginado: he aprendido a no comparar, a valorar lo que quiero y a no aceptar menos por lo que estoy dispuesta a dar y, sobre todo, he aprendido a que mi pareja me puede dar tanto o más de lo que he recibido de ti, sin que eso cambie la naturaleza de nuestra relación.

A la final, gracias por estar y permanecer en mi vida. Más aún, gracias por ser esa otra mitad de este garabato extraño que soy para la mayoría de la gente. Gracias por compartirlo y por comprenderlo, porque sé que no vas a preguntar si esto se refiere a ti y porque también sé que conoces, mejor que yo, cada uno de los motivos que me llevaron a escribirlo. ¡Gracias por ser el mejor amigo que he podido tener en esta vida y en todas las anteriores! Por que lo que es completamente cierto es que:

- The heart has its reasons in wich reason knows nothing". Blaise Pascal

Un último favor...


(*) O "¡chivo que se devuelve, se 'esnuca...!!! Aunque cambió el contexto, sigue teniendo la misma validez....

Muerganito:

Creo que ya todo está dicho y hecho entre nosotros. Sé que no comprendes ni puedes aceptar mi actitud y esta es la última explicación que me creo capaz de darte. Por favor, toma lo que aquí te digo para tí, para mejorar y no cometer los mismos errores en el futuro. Ya basta de que tú mismo, por inseguridad, te sabotees esa felicidad que tanto anhelas.

Te pido que por favor no me juzgues. Mi intención está muy lejos de hacerte sentir mal o hacerte daño alguno. Como te he repetido millones de veces, tú no eres el único aquí con sentimientos que se puede sentir herido u ofendido. Otros, incluso yo, también tenemos sentimientos y mi única intención ahorita es protegerlos. Debo ser honesta: ¡sí, muerganito, me has hecho mucho daño! Tanta mentira y tanto engaño han cavado un hueco en mi y considero que cualquier acercamiento entre nosotros en este momento sólo nos conduciría a una más de tus relaciones desastrosas y destructivas. Antes de eso, yo, que siempre doy la cara y enfrento las cosas de una vez, prefiero huir.

Para mí ha sido suficiente lucha contra tí y tus circunstancias, mucho soportar intromisiones ajenas y humillaciones, insultos y momentos desagradables en nombre de un supuesto amor compartido que no existe. Me cansé de eso, muerganito. Me cansé de hacerme la loca ante tu doble vida, me cansé de jugar un juego donde la única que pierde soy yo. Me cansé de sentirme utilizada, de sentirme un adorno. De descubrir mentiras y sorpresas desagradables. Yo quiero tranquilidad y felicidad y para eso necesito a mi lado alguien en quien pueda confiar y ese alguien ya no eres tú. No quiero mañana conocer las 3 ó 4 direcciones de correo extra con las que te comunicabas con las otras, no quiero escuchar historias de nuevas Karinas o Lilianas que sucedieron durante nuestra relación. Con las que tengo han sido más que suficiente y creo que ningún corazón, ni siquiera el mío, puede reponerse ante tanto dolor.

Ya no encuentro cómo hacerte ver que esa no es la vida que yo buscaba para mí. Así que lo mejor es poner distancia. Entre nosotros no tienen cabida los mensajes amistosos ni mucho menos. Nunca fui tu amiga y nunca lo seré, así que ahórrate el trabajo de sentirte preocupado por mi o responsable de lo que me pase. No necesito mensajes de ánimo de tu parte, ni siquiera buenos deseos. Al fin y al cabo, este pedacito de vida lo compartimos porque así fue mi decisión y así mismo asumo sus consecuencias.

Yo no te juzgo. Sencillamente me ha tocado aceptar que somos diferentes y tenemos estilos de vida diferentes. Yo sí creo en una vida en paz con la verdad por delante. En una entrega total, sin medias tintas y en armonía con el mundo. Creo en ello porque ya lo he tenido y sé que el algún momento lo volveré a tener, porque es la única manera de tener tranquilidad y porque sólo así quiero vivir. En cambio, tú crees en una vida de conflictos, mentiras y secretos, donde eres siempre perseguido y acusado. Una vida a la que dices huirle, pero aún cuando has tenido en tus manos la forma para escapar del vicio, tú mismo creas el escenario para llevar los problemas hasta tí.

Como ya te dije, yo me cansé de luchar, me cansé de explicar y me cansé de comprender. Ya no estoy en posición de una nueva oportunidad de ninguna manera y bajo niguna ciscunstancia. Ya no hay excusas ni justificaciones para seguir viéndonos caminar en círculo tras tus errores. Ya no queda en mí ni un mínimo de confianza como para saludarte en navidad y cumpleaños. Yo, sencillamente, quiero que pase el dolor del tiempo perdido para seguir adelante como siempre lo he hecho: SOLA. Como he comprobado que es la mejor manera, al menos para mí. Yo pude mostrarte y enseñarte una vida honesta y sincera, llena de felicidad pero tú nunca quisiste confiar en mí y también de eso me cansé.

Posiblemente ahora puedas ver cómo yo sí cumplo lo que digo y cuando se acabó, se acabó. Pasaste al bando de los ex y conmigo no hay vuelta atrás. Aquí no caben más noches de pasión ni recaídas de ningún tipo, ni ahora ni en el futuro. Nuestra oportuniad ya pasó.

Siempre te lo dije: Yo no soy Ana María. Yo no voy a esperar que pasen 20 años y tú comprendas que me amas o que quieres estar conmigo o que ya no te queda nadie más para que me busques. Tampoco soy Jenny y no te voy a obligar a estar conmigo si, evidentemente, no es lo que quieres. En este punto tu pensarás: “yo sí quiero estar contigo” pero sabes que no es así. Puede que tú quieras estar conmigo y con todas las demás también, tener la libertad de tenerme a mi en casa, para cuando no queda otra y poder matar la curiosidad con todas las demás en la calle y no, esa es una libertad que yo no quiero. No en la relación que TÚ me planteaste. Tampoco te voy a insultar o a reclamar que no quieras estar conmigo o cumplir aquello que me ofreciste. No tiene caso, tu sigues el camino que conoces y yo seguiré el que yo conozco.

Tuvimos casi 3 años y muchos métodos y teorías para hacer las cosas bien pero tú nunca pensaste que yo te cumpliría, que yo comprendería. Claro, no tienes bases para juzgar una realidad que no conoces cuando tu mayor miedo es entregarte por completo a alguien, dejar atrás pasado y tus futuros posibles y ser sólo de una. No importa lo maravillosa que sea la mujer a tu lado, para ti ninguna valdrá ese esfuerzo. Pues te equivocas, yo sí valgo ese esfuerzo y mucho más y si tú no lo quisiste ver, ¡triste por tí...!

El favor que te pido es sencillo. Aunque le estés agarrando el gusto a internet, abstente de mantener conmigo cualquier tipo de relación o acercamiento. Yo haré lo mismo. Insisto, no me interesa tu amistad porque hasta para ser amigos hay que ser honestos y es más que obvio que tú estás incapacitado para eso. De aquí en adelante puedes contar con que no volverás a saber de mí a menos que sea por boca ajena. Los recibos, mientras sigan llegando a tu casa, los puedes botar. Tu cortina, te la haré llegar en cuanto pueda y ni siquiera para eso sabrás de mí. Por favor, si tanto dices que te importa mi salud y mi tranquilidad, colabórame con esto: ¡Mantén la misma distancia que yo hoy estoy poniendo contigo!

Si no supimos llenar las expectativas del otro en estos 3 años tan duros, creo que ambos hemos perdido el tiempo. Estábamos caminando un camino equivocado y la mejor manera de retomar nuestros caminos es como ha sido siempre, cada quien por su lado. Por mi, honestamente, te permito que sigas mintiendo. En lo que a mi respecta puedes seguir diciendo que no existo, que nunca existí y que has estado solo desde Jenny o antes. En adelante, mientras menos cosas me liguen a tí, más lejos estaré de verme involucrada de nuevo en alguno de estos enredos tuyos. Esa es mi meta. No tener nada más que ver contigo, nunca más.

Y vuelves otra vez...


Como siempre, mejor que nunca...

Deambulo por las sombrías calles de mi vida inventándome un nuevo rumbo que me haga olvidar el que he perdido... Me tropiezo en una esquina con tus ojos, dulce refugio de lo que algún día será. Te veo, pero tú nunca me ves y, en ese anonimato, yo me nutro del brillo de tus ojos y encuentro de nuevo un suspiro por el cual seguir.

De pronto, cuando no te espero, cuando te creo más lejos que nunca y mi alma pesimista quiere arrancar ese suspiro constante de mi pecho... ¡Apareces!!!

Mi rostro queda preso en el calor nunca sentido de tus manos, mis ojos perdidos en la profundidad de los tuyos que hace tanto no tengo frente a mí... Y yo, mi ser por completo, dormido en un sueño profundo al que me guían tus palabras...

Tus palabras, reflejo de las mías cada vez más íntimas, tan lejos y cada vez más cerca. Muestran y recuerdan que es mucho el camino recorrido, mucha la experiencia pasada. Pero este camino, sin dudas, me lleva ¡"directo a tu corazón"...!!!

Memoria y Cuenta


¡Ay, pequeño! Ayer me quedé con las ganas de saber qué piensas de todo lo que hablamos. Yo sigo impresionada por la manera en que algo que pasó hace tanto me sigue afectando y, la verdad, ya estoy cansada de inventarme teorías y métodos de autoayuda para superarlo.

Hace mucho, aquella vez que nos vimos, de la que hablamos ayer, yo aún tenía la esperanza de que si algún día tuviéramos la oportunidad de hacer y vivir todo aquello que tanto queríamos, todo esto que hubiéramos vivido hasta ahora quedaría borrado. Aún había mucha inocencia en mí en esos días. Pero ha sido mucho el camino recorrido desde entonces.

No puedo dejar de admirarte. Yo no puedo decir que tu vida ha sido más fácil que la mía desde que nos separamos, ni lo contrario. Pero sí admiro esa candidez que tenías al decirme ayer que no dejara de soñar: ¡aún vive en ti la esperanza!

Cuando te llamé, la verdad no puedo describir lo que sentí. Fue escuchar esa misma inocencia de siempre en tu voz, es como ver una foto de un campo verde con árboles y flores y sentir una brisa, una luz, algo que refresca y hace sentir bien.

Comprendo también cuando me dices que tú no te vas a atravesar en mi camino. Eso mismo pensé yo aquella vez. Tú habías elegido un camino y mal que bien tratabas de continuarlo, yo no soy nadie para cambiar tu rumbo. Sin embargo, te confieso que no esperaba no volver a saber de ti en tanto tiempo. Yo esperé y esperé hasta que la respuesta me pareció obvia: no te interesaba ningún tipo de acercamiento conmigo.

Así que tomé mis maletas y seguí cual marinero errante, dando tumbos de puerto en puerto. Ya ves que por muchas razones yo no me acostumbro a vivir así, sin saber de ti. Si te busqué hace meses es porque realmente estaba desesperada. Aún no termino de encontrarme y hoy creo que eso no se va a poder. Sin embargo, verte, hablarte, escucharte, siempre será en mi vida un refugio a la tormenta, lo único que me recuerda que algún día era una chama feliz, con metas y una vida completa. Las metas han cambiado porque las he alcanzado, pero aún vuelven a gestarse muchas otras cada día.

Sigo siendo alegre, me río mucho, bien seguido soy la payasita del grupo y a mi alrededor cada día hay más gente que se preocupa por mi. La única diferencia que hay entre ese momento que viví a tu lado y el ahora, afortunadamente, no se nota a la vista. La diferencia es que siempre me falta algo. Una vez leí un libro donde el tipo lo describía como llegar a la casa y que a cada mesa le falte una pata, un cojín a cada silla, las manillas a las puertas, es algo que a veces parece insignificante pero que a diario pesa.

Así seguí la vida y cada día se siente más el vacío. Muchas noches llego a casa sin querer sin quiera prender la luz y me acuesto en la cama a mirar el techo recordando la vista desde la ventana de tu cuarto. Es tener a alguien a tu lado que te mantiene ocupada y entretenida y eso evita que estés sola y te pierdas en pensamientos que ya no tienen sentido ni razón.

- El corazón tiene razones que la razón no entiende. Blaise Pascal

Es que quien me acompaña pudiera ser un príncipe y yo jamás me daré cuenta. Es ser cada vez más mecánico en todo. Que cada movimiento sea producto de una operación matemática. 2+2=4 Y si algo no llegara a cuadrar perfectamente en esas cuentas, pues sencillamente, a la basura. No hay cabida para errores, deslices, lo humano ha perdido cancha en mi vida. Todo es producto de un contrato discutido y firmado por ambas partes. Y siempre la otra parte es quien incumple y eso motiva la disolución de la sociedad.

¡Qué sorpresa!, ¿no? A mí no me sorprende, me da tristeza. La misma tristeza que siento cuando me sincero conmigo misma y veo que perdí la capacidad de confiar, de creer; y si no crees en la persona que tienes al lado, ¿entonces cómo conviven? ¿Cómo convivo conmigo misma si no soy capaz de creer en mis propios sueños por el simple hecho de que deben llevarse a cabo junto a otra persona?

Pues entonces tampoco hay, en mi vida, cabida para los sueños. Como veo el panorama, mi familia será producto, como te dije una vez, de una sociedad que tiene el suficiente capital y tiempo como para sustentarla, pero no del amor.

A veces, en esas jornadas de meditación, acompañada por el techo de mi habitación, aún pienso que sería feliz al formar esa familia de ensueño con el hombre que soñaba de niña, aquel que me regalara una rosa azul. Y te confieso que me pierdo en ese sueño, lo disfruto y cada día lo hago más perfecto. Hasta que despierto y tomo conciencia de mi realidad: a estas alturas ya ni en ese hombre de la rosa azul (que, en su momento, llegó a ser mejor en la realidad que en mis sueños) podría confiar como para dejarme caer en sus brazos, seguir sus pasos y que nada nos detenga.

Es que para mí todos han pasado a ser lo mismo: alguien que mantiene mi mente ocupada de buena manera mientras cumpla las cláusulas del contrato y nada más. No sabes cuán a menudo (como dices tú) voy al cine y te recuerdo. Peor aún, creo que desde entonces, no ha habido una sola vez que haya ido al cine sin comentar algo que me sucedió al ir contigo. Es cierto, igual que tú pasó mucho tiempo antes de que pudiera entrar a una sala de esas y no echarme a llorar porque no estabas cerca ni ibas a llegar.

Pero eso poco a poco fue pasando (ayudó mucho que las salas que frecuentábamos ya no existan). Pero nunca fue igual. Aún hoy nunca he vuelto con la frecuencia que alguna vez tuvimos. Y siempre, SIEMPRE, recuerdo la noche en que no me pudiste acompañar y me esperaste a la salida: Yo traumada con Boys don’t cry, con salir de noche del cine, sola y tener que andar caminando por la ciudad. ¿Y tú? Tranquilo, llegaste por mi espalda como buen guardián, amigo, compañero y disipaste todo temor en el momento que me ví en tus ojos.

Fue la primera vez que salimos, tal vez el principio del fin. (al llegar a este punto, ya no pude contener más las lágrimas) Lo mismo que el primer beso. Nunca, antes o después, he compartido un beso tan profundo con nadie más. Mi conclusión es que fue algo más allá de lo humano, ¿comprendes? No era deseo, pasión, piel, no era curiosidad y mucho menos era el siguiente paso. No sé. ERA. Debió ser así, salió de adentro, de donde nadie conoce el lugar y nos tomó uno a uno para llevarnos a formar un nuevo ser etéreo.

No por nada las prostitutas nunca besan a sus clientes. El beso conlleva mucha más entrega que cualquier tipo de relación sexual. Para mí, aún hoy, no fue un beso, fue un pacto. En ese momento, ambos nos necesitábamos. Deseábamos encontrar ese alguien que nos llenara de esperanzas y de alegría y allí estábamos, asustados pero dispuestos.

Lástima que en nuestra época no existan castillos o grandes fortalezas. De ser así, hubiéramos podido refugiarnos allí y alejarnos de todo ese mar de malas intenciones que nos ahogó y nos lanzó a orillas distintas. Hoy, me alegra poder contar con tu presencia en mi vida. Hablar y escucharte. No me interesa ni siquiera de qué hablemos. Basta la voz y el recuerdo para darle un airecito tibio y familiar a mi desarticulada vida. Espero, por lo menos, poder brindarte lo mismo.

Nada...


(Qué manera de volver a comenzar, ya no sé si este es el principio o el final...)

Me perdí. Después de tanto luchar. Mucho esfuerzo, tanta yoga y me he perdido...

Prometí nunca hacerme presa de la rabia y el rencor y ahora, ¿Eso es lo único que tengo? No logro terminar de entender cómo después de ser tan bello ahora te presentas como un guiñapo. Como la sombra de los supuestos príncipes de mi pasado... Algo gris, sucio y vacío que no logro reconocer...

¿Será que ahora es que vengo a abrir los ojos? Después de tanto tiempo, logré engañarme al ver solo la superficie. Eras mi ángel, mi alegría, mi luz. El único lugar al que pude entrar y sentirme libre.

Ahora vienes y me haces presa de esta rabia. ¡NO ES JUSTO! Por tí me permití creer en un mañana. Dibujar ilusiones en un cielo que resplandecía con nuestras miradas. Ahora no hay nada, no hay mañana hoy, no hay luz ni penumbra, no hay frío ni calor... Sólo un gran vacío y la rabia de haber creído en sapos...

Nada vale, no importa cuánto busques ni cuánto esperes. Al final, la historia es pesadamente igual: seguirás sola aun cuando haya un X que te bese y te tome de la mano.

¡El hombre no quiere, sólo busca lo que le conviene...!!!

Sept., 11 - Kill Bill

Bueno, lo prometido es deuda y hoy quiero saldarla. Han pasado ya varios días en los que he tenido mucho tiempo para sentir, pensar y reflexionar. He buscado excusas para no escribirte y rogaba por una señal que acabo de recibir. Ya todo está en orden y me propongo ser completamente honesta contigo.

Antes de empezar, me disculpo, sé que normalmente no soy conocida como la reina del tacto y me cuesta mucho decir las cosas con sutileza, por eso he esperado tanto para escribirte. Lo último que quisiera es hacerte sentir mal por nada de lo que yo pueda mencionar aquí.

Ambos hemos estado de acuerdo en que la nuestra no fue una relación normal. Fueron apenas unas semanas que, de alguna manera, nos cambiaron la vida a los dos. No me equivoco ni soy exagerada al confesarte que ha sido el mejor mes de mi vida. No voy a hacer un recuento de todos los detalles que compartimos porque de eso ya te encargaste tú, pero no hay en mi mente o mi corazón un recuerdo de nada que haya sido mejor. Fue algo mucho más allá de un pase de corriente extraño, de una atracción sexual desmedida o de la desesperada necesidad de acabar con la soledad. Eso es algo que ninguno de los dos puede cambiar.

Hoy aquí, sentada sola frente a mi pc, luego de mucho pensar y llorar. Sí, he llorado más de lo que me hubiera imaginado. Es más, ¡gracias!!! El sábado, después de que hablamos, por fin logré tomar lo suficiente como para emborracharme. En la mayoría de las culturas, eso es considerado como algo malo; pero en mi caso ha sido muy bueno. La verdad, si no lo hubiera hecho, jamás habría podido desahogarme y encontrar el verdadero curso de mis sentimientos.

Para nadie es un secreto que, ante cualquier situación difícil, acostumbro bloquearme y acatar las soluciones más radicales. Esta vez no podía ser igual. Sí, también es cierto que me comporté contigo como la más pisciana de todas las mujeres. Entregué todo lo que me salió sin medir cómo podías estar recibiéndolo tú, pero no me arrepiento. En algún momento, revivió mi lado desconfiado y por eso busqué la manera de que me dijeras qué sentías.

¿Qué si aprecio tu sinceridad? Por supuesto, nadie puede obligarte a que sientas algo que no está en ti y comprendo perfectamente que haya aparecido alguien nuevo en tu vida. Por qué no habría de hacerlo si fue eso exactamente lo que me pasó contigo.

Hoy sigo estando triste. No voy mentir diciéndote que ya no me importa nada de lo que pasó. Aún te extraño a muerte. Aún me asombra ver cómo pasan los días sin que yo te escriba o tú lo hagas. Sueño contigo casi a diario y son raros los momentos en los que no pienso en ti. Si no son cosas que me recuerdan algo que compartimos, es que leo algo que pienso que te interesaría o veo alguna película que podría gustarte o lo que sea. Me atormenta no saber que ha pasado con tu tesis, yo también quiero que salgas este año.

Bueno, en este punto no se necesitan muchas excusas para pensar en alguien que se quiere. Pero lo que quiero que en realidad sepas y tengas presente es que voy a estar bien, ya voy en camino. Soy una chica fuerte y seguro que salgo adelante pronto. En este momento sólo quiero que tú estés bien y que te dediques a alcanzar tus metas.

¿Qué si cuentas con mi amistad? Por supuesto, total e incondicional. Bueno, tal vez no tan incondicional. Creo que hay cosas que inevitablemente van a variar después de lo que pasó. Por ejemplo, creo que ya no se vale que me preguntes por qué estoy sola. Tampoco se vale intentar que te explique por qué me cuesta tanto comprender y comenzar una relación adulta (creo que puedes encontrar ambas respuestas por ti mismo). También te pido, por si acaso, que no intentes que vuelva a tu casa alguna vez, bajo ninguna circunstancia. Aparte de que sería duro para mí estar allí de nuevo, creo que no tendría cara con la que ver a tu mamá después de todo lo que ha pasado. Tal vez parezca una tontería pero de verdad eso es algo muy importante para mí.

Y ni modo, hay algo que nunca me preguntaste pero que te voy a responder en este momento. ¿Por qué Beatrix Kiddo? Porque definitivamente soy así. Soy fuerte, medio ruda y muy independiente y de verdad no me resulta intentar ser Arlene.

Este mes contigo tal vez haya sido mi último intento en mucho tiempo de ser una Arlene común y corriente. No niego que fue genial, que lo disfruté a muerte. Pasé por semanas de euforia total en las que creí que nada lo podía acabar, pero me equivoqué. Ya está visto que ese no es mi estilo y ya no quiero seguir fingiendo. No es una decisión que esté sujeta a discusión o a consideración, solo es lo que debe ser. Pero todo tiene su lado positivo, al menos ahora lo veo como buen material nuevo para continuar escribiendo, hace mucho que no lo hago.

Por eso también te dedico esta canción. Anoche, cuando venía de Caracas, la escuché y me asombró ver cómo alguien tan ajeno pudo haber escrito algo tan cercano a nosotros dos hace tanto tiempo. La respuesta fue la misma de siempre: a la hora de la verdad, todos los seres humanos repetimos las vivencias que otros ya han pasado.

"¿Quién te puso en mi camino?
¿Quién te dijo que aún estaba vivo?
¿Quién tuvo la brillante idea?

Con un corazón que ardía por falta de compañía,
por tanta , tanta soledad.
Y me dijo que también estaba sola,
y abrí mis brazos y así le entregue la vida.

Y volamos fuera de este mundo, por un rato.
Me sentí seguro y libre como el pensamiento,
como para no volver.

Y se nos fue la noche entera,
entre besos y quimeras,
debajo de una luna llena.

Y nos dijimos pocas cosas,
justo en lo que nuestras bocas,
quedaban libres para hablar.

Y nos perdimos en la noche plata y negra,
y ahí comprendí que vivir vale la pena.

Y volamos fuera de este mundo, por un rato.
Me sentí seguro y libre como el pensamiento,
como para no volver.

Y llegue a pensar que no era de este mundo,
tanto amor no se concibe en un segundo.

Y volamos fuera de este mundo, por un rato.
Me sentí seguro y libre como el pensamiento,
como para no volver...................." Franco de Vita

De resto, solo te pido que sigamos siendo los que éramos antes de embarcarnos en esta locura, no está mal llamarla así. Cuando te pido que no escribas mi nombre es porque se me hace muy extraño verlo viniendo de ti. Marca una distancia que nunca antes hubo entre nosotros y que no estoy dispuesta a tolerar.

Si no quieres decirme Kiddo, esta bien, lo entiendo. Entonces simplemente no intentes nombrarme cuando me escribas; para mí también es un poco raro decirte Bill.

Ya ves que en esto somos diferentes, yo no tengo la más mínima intención de perder tu amistad por nada del mundo y claro que podremos compartir una buena conversación o una buena película cuando lo quieras. Sería egoísta conmigo misma al pretender privarme de tu compañía. Tan buena compañía, para mí, sólo se consigue una vez por vida.

Siempre podrás contar conmigo si necesitas a alguien que te escuche y que te apoye. No puede ser de otra manera, mi Bill. Ese es un lugar que también será solo tuyo de aquí hasta el final de los tiempos.

Al final de la historia, como a Beatrix, me tocará matar a Bill...

De amores virtuales y hierbas finas...


Para que me recuerdes mientras estás lejos. Para que no olvides ni una letra de las palabras que te he dicho. Para que puedas pensar y sentir que no estás tan solo. Aunque sea el mar quien ahora está entre nosotros, cuando tú te has metido entre él (el mar) y yo. Para que tengas presente y tomes conciencia de que ocupas el primer lugar en la lista de lo que más me gusta y más amo.

- Está bien, tal vez tengas razón.… Al parecer soy buena escribiendo las cosas que siento.

Aunque estoy segura de haber sido completamente asertiva en nuestra última conversación. Sólo ahí pude sentir que era clara contigo y con mis sentimientos y debo confesar que me he quitado un gran peso de encima.

 Tu lo dijiste: - No me lo digas ahora, ¡Escríbelo! Y es lo que pienso hacer.

Kh y Kh – 12082004

Es así. Me cuesta creer y acepar cómo ha nacido, prácticamente de la nada, este sentimiento tan puro y hermoso que me inspiras. Siempre fui de las que piensa que el amor se construye en base a acciones, a compartir, a hechos concretos que formen un lazo entre dos personas; luego, ese lazo se fortalece con la convivencia y la convicción de permanecer unidos. Es una lucha a muerte contra los temores, contra las inseguridades e inconsistencias propias del inconforme ser humano.

Hoy, debo confesar viví equivocada. Sí, esa puede ser una forma del amor, pero no, nunca la única. De serlo, perderíamos la magia, la excitación, la esencia del sentimiento.

El día de nuestra primera cita tuve el primer indicio de mi error. Subía por las escaleras mecánicas, nerviosa porque me aproximaba a tu encuentro. Desde allí podía ver el balcón donde acordamos que me esperarías. Al subir la mirada en esa dirección me sorprendió ver muchas personas en ese lugar. No sabría quién eras hasta estar frente a ti.

Sin embargo, hubo una persona que resaltaba entre las demás y, al verlo distraído en su espera, secretamente deseaba que fueras tú. Algo me decía que esa persona era para mí y que si no era la misma persona a la que yo iba a buscar, entonces de igual manera debía conocer quién era.

Dulce sorpresa el saber que sí eras tú, dulce sorpresa e íntimo encuentro el nuestro. Te volteas y me abrazas como sabiendo ya quién era, como si extrañabas mi presencia, como si necesitabas sentirme de nuevo.

"Cómo decirte No
Cómo decirte no, si sé bien que estoy mintiendo.
Cómo decirte no, si no es eso lo que yo siento.
Cómo decirte no, y borrarte de mis sueños.
Cómo decirte no, ¡y si te he visto, no me acuerdo!

Y he tratado de escaparme, de salirme de esta historia
porque entiendo que fui yo, el último en llegar.
Pero el corazón no entiende y no sabe de contar.
Si es que hay uno o más de uno para el eso es igual
y es por eso que prefiero compartirte
antes de perderte
y seguir soñando y seguir viviendo y seguir pensando
que algún día las cosas cambiarán.
Para bien o para mal, ya es muy tarde para regresar

Cómo decirte no, si me bailas en los sesos.
Cómo decirte no, si te calaste hasta en mis huesos.
Cómo decirte no, y salirme de este infierno.
Cómo decirte no, ¡y si te he visto no me acuerdo!

Y he tratado de escaparme, de salirme de esta historia,
de esfumarme y de perderme y de borrarme de una vez.
Pero el corazón insiste: ¿Qué será lo que le diste?
Que no es capaz de sustituirte y comenzar una vez más.

Pero lo sabes bien
que hasta es capaz de compartirte
antes de perderte y seguir soñando y seguir viviendo y seguir pensando
que algún día las cosas cambiarán
Para bien o para mal, ya es muy tarde para regresar.

Y he tratado de escaparme, de salirme de esta historia
porque entiendo que fui yo, el último en llegar
pero el corazón no entiende y no sabe de contar
si es que hay uno o más de uno para el eso es igual.

Y he tratado de escaparme de salirme de esta historia
de esfumarme y de perderme y de borrarme de una vez.
Pero el corazón insiste. ¿Qué será lo que le diste?
Que no es capaz de sustituirte y comenzar una vez más.
Pero lo sabes bien
que es hasta es capaz de compartirte
antes de perderte y seguir soñando pero no se hasta cuando..........."
Franco De Vita

Ya después no me quedó más remedio que perderme en tu mirada. Hundirme en tus palabras y refugiarme en un mundo desconocido pero propio.

Es extraño de entender, tanto como de explicar. Estaba consciente de que no te conocía, pero sentía que no era necesario, que sólo éramos tú y yo y el compartir ese momento a la luz de una vela, lo único que podría importar y ser de allí en adelante.

- Vos has dicho mil veces que hay muchas cosas que no admiten explicación y ahora me decís que explique algo tan complejo.” Ernesto Sabato (El Túnel)

Aún hoy estoy consciente de que no te conozco, de que apenas sé quién eres y qué haces, pero no puedo evitar sentir, como sueles tu decirme. Ya para mí es tarde, en medio de bochinches y una relación comúnmente entendida como indebida, mi corazón decidió sin ponerse de acuerdo con mi mente.

Mi mente dice que esto no puede ser, que no pasa de una relación casual, agradable y divertida, sin el menor futuro posible. Sin embargo, mi corazón se empeña en sentir que hay un futuro, un mañana cercano y anhelado por ambos en silencio.

Muchas veces lo he callado, muchas veces he pensado en no asustarte ni perderte por mi imprudencia de lanzarme al primer impulso, pero no lo puedo evitar. Ya has visto que es más fuerte que yo, que me domina y anula mi voluntad apenas al escuchar tu voz.

Las lágrimas de esa noche fueron lágrimas bien extrañas. Se repiten ahora cuando intento escribirte para dejar las cosas tan claras como sea admitible. Creo que son lágrimas de felicidad, claro, tienen una nota de tristeza cuando recuerdo que no podemos estar juntos, compartir y construir; pero, por encima de todo, está la alegría de sentir que mi corazón sí está vivo, que es capaz de albergar un sentimiento tan grande, tan hermoso y tan inexplicable como le es posible a los torpes seres humanos.

- Cuántas veces – dijo María – soñé compartir con vos este mar y este cielo. Después de un tiempo, agregó: - A veces me parece como si esta escena la hubiéramos vivido siempre juntos. Cuando vi aquella mujer solitaria de tu ventana, sentí que eras como yo y que también buscabas ciegamente a alguien, una especie de interlocutor mudo. Desde aquel día pensé constantemente en vos, te soñé muchas veces acá, en este mismo lugar donde he pasado tantas horas de mi vida. Un día hasta pensé en buscarte y confesártelo. Pero tuve miedo de equivocarme, como me había equivocado una vez, y esperé que de algún modo fueras vos el que me buscara. Pero yo te ayudaba intensamente, te llamaba cada noche y llegue a estar tan segura de encontrarte que cuando sucedió, al pie de aquel absurdo ascensor, quedé paralizada de miedo y no pude decir nada más que una torpeza. Y cuando huiste, dolorido por lo que creías una equivocación, yo corrí detrás como una loca. Después vinieron aquellos instantes de la Plaza San Martín, en que creías necesario explicarme cosas, mientras yo trataba de desorientarte, vacilando entre la ansiedad de perderte para siempre y el temor de hacerte mal. Trataba de desanimarte, sin embargo, de hacerte pensar que no entendía tus medias palabras, tu mensaje cifrado.” ob. cit.

Esta es mi última carta, ya todas las demás han sido echadas. Desde el mismo instante en el que decidiste salir de mis sueños y plantarte frente a mí diciendo: "Yo soy y estoy aquí para ti",  yo supe cuál sería el camino que tomaría mi historia.

Aquí estoy, y también estoy sólo para ti. – Aún puedo entender el momento de tu vida por el que pasas. Por eso es que prefiero poner un poco de distancia. Yo quiero todo contigo y tú apenas puedes darme un poco. Yo no soy quién para exigirte algo distinto y aún si lo hiciera perdería todo el sentido esta unión maravillosa.

Así que aquí te espero dulce amor mío, como cuando la historia comenzó. Mientras tu corazón ordena y decide, el mío visitará nuevos paisajes buscando que la pena de no tenerte sea menos honda. Él está seguro de lo que quiere y está consciente de que éste no es el momento para tenerte consigo. Pretende volver a vivir lejos de ti, mientras espera que vuelvas a él.

"Que te quedarás conmigo una vida entera.
Que contigo adiós invierno solo primavera.
Que las olas son de maja y no de agua salada.
Yo te creo todo y tú no me das nada tu no me das nada.

Que si sigo tu camino llegaré hasta el cielo.
Tú me mientes en la cara y yo me vuelve ciego.
Yo me guardo tus palabras, tu juegas un juego
y me brilla el mundo cuando dices quiero, cuando dices quiero.

Cuando dices siento, siento que eres todo.
Cuando dices vida, yo estaré contigo.
Llevas de la mano y por dentro lloro,
aunque sea mentira, me hace sentir vivo.
Aunque es falso el aire, siento que respiro.

Mientes tan bien que me sabe a verdad
todo lo que me das
y ya te estoy amando.
Mientes tan bien
que he llegado a imaginar
que mi amor llenas tu piel
y aunque todo es de papel,
mientes tan bien.

Cuando dices siento, siento que eres todo.
Cuando dices vida, yo estaré contigo.
Llevas de mi mano y por dentro lloro.
Aunque sea mentira, me hace sentir vivo.
Aunque es falso el aire, siento que respiro.

Mientes tan bien que me sabe a verdad
todo lo que me das
y ya te estoy amando.
Mientes tan bien
que he llegado a imaginar
que mi amor llenas tu piel
y aunque todo es de papel,
mientes tan bien.
Y aunque todo es de papel,
mientes, lo sé....." Sin Bandera

Solamente tu voz, tu calor, tu razón, le devuelven el color y el sentido a mi vida. Nada más por ti puedo creer que la magia existe, que todos las llevamos dentro y que el mundo es maravilloso mientras cuentas con el ser amado.

No temas en contar conmigo cuando tu mente y corazón necesiten consuelo o compañía. Te amo…

¿...?

Cada vez que lo intento me convenzo de que es tu cara la que quiero ver junto a mi. Tu sonrisa cuando estoy cansada, refugiarme en tu mirada cuando me sienta perdida y encontrar de nuevo el camino en tus palabras. Perderme en tus ojos cuando el mundo me aburre y aprender que siempre la vida será más dulce si tengo la fortuna de compartirla contigo.

Gracias por devolverme la fuerza que creí agotada y perdida. Gracias por permitirme sentirme así por ti.

Dulces sueños, bebito. Que sean tan dulces como son los mios cuando sueño contigo.

Buenas noches... Y el bebito se durmió y la historia quedó en...

Mi verdad 1.0

Si no es así, jamás voy a escribirte todo lo que me he callado. Debo hacerlo por partes para no incomodarte ni incomodarme.

Como te decía... Extraño mucho estar contigo, la manera en que nos hablábamos y escuchábamos nuestros más íntimos pensamientos. La confianza y el sentido de pertenencia que aún nos tenemos aunque ya jamás vuelva a verme reflejada en tus ojos y me permita perderme en ese lago oscuro de tu ser.

En algo tienes razón: nunca hice nada por ti. Tal vez esa sea la razón por la cual no te tengo a mi lado en esta tarde fria con viento de lluvia.

Fueron 6 años en los que cada paso que dí fue por una sola razón: Mis convicciones acerca de tí. Sabes que siempre me he pintado ante el mundo como una mujer moderna, independiente y casi sin sentimientos. A veces peco de fría y calculadora. Hay quienes dicen que soy un macho en cuerpo de mujer. Siempre pregoné no querer casarme, no querer hijos, no querer familia. No querer el vestido blanco con el que todas las mujeres sueñan. No soñar con el principe azul que viene rescatarme y siempre hacer los planes en función de una: YO.Hasta que tú entraste a mi vida.

Mucho tiempo fue el que pasé tratando de convencerme a mí misma que no eras importante. Que sólo era una relación transitoria y que nunca iba a pasar a mayores. Pero me mentí, no sabes cuánto duele descubrir una mentira, menos de alguien a quien amas, menos una mentira a ti mismo. Hoy me obligo a ser sincera, por mi, por ti y por las personas que hoy nos acompañan.

De aquí en adelante y no sé en cuantos capítulos, me voy a permitir relatarte mi versión de los hechos. Con la esperanza de que esto sirva para que cada quien se desprenda de lo que aún arrastra y siga su camino hacia adelante. Aunque a golpes ya lo hemos seguido.

¿Sabes? Esa tarde, escondidos en aquella minúscula y sórdida oficina, me leiste el pensamiento. Cuando dijiste: Eres la mujer que he buscado y no pienso dejarte ir. Eran mis pensamientos reflejados en ti. Más allá de toda lógica y razón, aún cuando ni siquiera nuestros labios se habían rozado... ¡Yo ya lo sabía! ¡No debía dejarte ir!

Ese mismo día nos prometí que tu palabra valdría para mí más que la mía. Me hice ciega y por Dios, me entregué en cuerpo y alma. Tanto, que aún hoy, casi dos años después, no he sabido recuperarme.

Lo siento, no puedo seguir escribiendo. Ya he llorado mucho desde que te ví. He llorado por la nostalgia del recuerdo y por sentir que todo el futuro es triste y vacio...

Hoy siento que la vida es una gran mentira...

Saber...

¿Qué puedo decirte que ya no sepas? Puedo decirte lo que aún yo no creo saber...

No sé en que momento te conocí. Tengo recuerdos vagos de esa época que, por momentos, me parece muy lejana. Sé de una tarde, gris y de las más tristes, en la que yo estaba sentada en una oficina solitaria y me crucé con tus palabras.

No recuerdo cuántas veces conversamos y cuántas veces más yo me especializaba en evitar creer las dulces palabras que salían de tus dedos. Luego te perdiste de mi camino, te recordaba pero ya no te hablaba. Eras una sombra que parecia querer desvanecerse en la oscuridad de mi vida.

En algún punto dejé de preguntarme por ti. En algún punto dejé de preguntarme de qué material estaba hecho el camino que pisabas. En algún momento me convertí en una sombra vacía y sin dueño, sin por qués y sin un camino real que recorrer.

Hasta que una mañana, desorientada y buscando escapar de lo que ha sido mi vida, vuelvo a encontrarte entre palabras de anhelo y descuido. En ese momento, y en un último y desesperado intento por perderme, me encuentro una noche frente a ti: envueltos en la tenue luz de una vela, mirándome a los ojos como nunca me habían mirado, como no creo haber mirado a nadie más.

Desde ese día, tus ojos y tu sonrisa se han vuelto mi oxígeno. Desde ese día me he inventado mil maneras de huir de mí, de negarme a lo que siento y buscarme mil excusas para no hacer lo que mi corazón me obliga. Nunca antes había sentido tan adentro la necesidad de cuidar de una persona que no fuera yo misma. Nunca antes había visto la ternura brotar de mi sin que fuera por un cachorro o un bebe recién nacido. Jamás me imaginé queriendo de esta manera y menos sin ser ser querida.

Entraste a mi vida una tarde y, por ahora, lo único que sé es que no saldrás. No pretendo obligarte y mucho menos hacerte quererme. No quiero decretar destinos fatales ni soledades extremas para ninguno de los dos.

Sería imposible concebirlo cuando me veo en tus ojos y entro a una dimensión en la que sólo estamos tú y yo. Allí todo es alegría, sólo hay risas entre nosotros. Me devuelves la posibilidad de vivir mi adolescencia como debí. De sentir a flor de piel todo lo que una vez sólo fue referencia para mi.

No me obligas a quererte, no me mientes, a veces hasta pienso que quisieras que yo no te quisiera. Pero es muy tarde ya, mi corazón ha decidido y yo no lo pienso contradecir una vez más. Ya es hora de que le permita sentir a plenitud, ya es hora de que aprenda la alegría de estar con el ser amado. Que se entregue, total y sin reservas, sin complicaciones, sin esperar nada a cambio, nada más que recibas lo que tiene para ti...

Ojalá, por mí, por él o por alguien más, tú puedas sentir lo que me provocas ahora... Esa sonrisa eterna de sólo recordar el tono de tu voz, la picardía en tu risa, la complacencia en saber que aprecian lo que das, la ilusión de sentir que cada vez puedes dar más...

Es estar contigo y ver que el mundo brilla, que no hay frío ni calor, que sólo estás tú y sentirte es más que suficiente para escuchar el trinar de los pájaros, para sentirte satisfecho de ver las gotas de agua caer y estrellarse contra las piedras...

Es estar seguros de que todo tiene sentido, es saber para qué se está aquí y disfrutar de esa estadía... Es estar ahora segura de lo que quiero, de que lo quiero porque lo quiero y de que no hay sentimiento más auténtico que el que nace porque sí...

Una vez te lo dije y hoy te lo repito... No es un decir te amo al que todos tememos, es la certeza de que un sentimiento igual no puede caber dos veces en una misma persona...

Compromiso, matrimonio, felicidad...

Nos hemos casado y no sabemos cómo sucedió. Una mañana me desperté anhelando el susurro de una voz que nunca antes había escuchado. Mi corazón palpitaba sólo por la necesidad de tus palabras. Deseaba perderme en tu mirada sin haber conocido nunca su profundidad.

Nos comenzamos a amar sin amarnos, sin sabernos, sin conocernos. No hay fechas de días importantes que rememorar. No hay recuerdos de primeras veces. No es una anécdota, no es un beso ni una caricia. Mucho menos el rubor de la pasión contenida. Jamás he visto tu rostro al amanecer. Tú no me has visto abrazar mi almohada, anhelando escapar en sueños de un día agobiante.

No somos presos ni productos de la rutina devastadora. Somos alegría, somos inspiración, somos amor. Tu dicha alimenta la mía. Mi dolor te hace luchar por la felicidad. "Si tú estás bien, yo estoy bien": es el lema implícito en ambos. No es necesario decirlo, simplemente, es así.

Estamos casados, más allá de una larga ceremonia, sin amigos, sin fotos y sin pastel. Sin pacto, sin sangre, sin palabras que se van con el viento, ni lágrimas que alimenten el mar. Sin saberlo pero queriéndolo desde muy adentro.

Estamos casados más allá de toda razón, de toda lógica, de todo pensamiento consciente e inconstante. Si yo quiero volar, tú eres mis alas. Si quiero reir, eres mi alegría. Si quieres llorar, yo seré siempre tu lágrima.

Si quieres hundirte hasta tocar fondo, vamos de la mano sin importar cuán profundo sea nuestro océano. De la mano hasta sentir de nuevo la necesidad de de respirar el aire fresco y puro de nuestra unión. De la mano hasta recobrar las fuerzas para nadar hasta la orilla.

Juntos para darnos calor en las noches frías y oscuras sin luna. Aire fresco que apacigua las desesperantes tardes calurosas.

Asumimos el compromiso de hacer feliz al otro, de acompañarlo y de apoyarlo "hasta que la muerte nos separe". Y cada día que pasa es sólo un aprueba más de que ni siquiera la muerte podrá alejarnos.

Vamos más allá que Alejandro y Margarita. Más intensos que Eloísa y Abelardo. Simplemente somos. Nos pertenecemos. Más allá de lo concebible.

No estamos juntos sólo por estar. ¡Somos el uno para el otro, somos el amor...!!!

A mi dulce ángel niño de ojos multicolores.
Por el rayo de luz que me dio un domingo y que ya nunca jamás se apagará (ya se me está volviendo costumbre y sabes que no es mi estilo).

¿Amor? ¿Existe?

1.- Cuando un árbol cae en un bosque solitario, ¿Emite algún sonido? Partiendo de este principio...

2.- Cuando se ama a alguien que se niega a recibir ese amor, ¿El amor verdaderamente existe?

Una vez más... A mi ángel con algo de demonio; a mi dulce vampiro y brujo; a un alma que se empeña en permanecer hermitaño.

A Aprendiz_de_Brujo: por el recuerdo, por la esperanza y, sobre todo, por la certeza de nuestra verdad...

Pide lo que sea...

Yo podría cerrar los ojos por el resto de mi vida. No verte y renunciar a escuchar tu voz. Podría vivir sólo con haberme sabido un segundo de tu mano y seguir cualquier camino. Pero no me pidas nunca que renuncie a la magia del calor de un encuentro entre los dos...

A mi amado maestro y pupilo, a mi Aprendiz_de_Brujo aunque piense que ha perdido el camino...

Ironía

Yo te amo como tú la amas a ella... Mientras que tú esperas que ella te ame como yo te amo a ti...

Desequilibrio


Yo creí en ti más que en mi vida, tú creíste en ti más que en mi vida. Entonces... ¿Quién estuvo conmigo?

No digas que amas si no eres capaz de dejar a un lado tus miedos, sombras y prejuicios para poner tu vida en manos de la persona que amas... ¡Ese es el verdadero significado de la entrega...!!!

jueves, 8 de marzo de 2012

A 10 años de tu partida (o la mía)

(*) escrito en algún momento del año 2004

¡Buenos días, dulce niño de ojos claros profundos!

Hace tanto que no sé de ti.… Ya han pasado 10 años de la última vez que me ví perdida en el verde-azul profundo de tus ojos…. Esos que brillaban como estrellas e iluminaron mi camino desde muy pequeña.

Desde hace mucho he vuelto a pensar en ti, a preguntarme qué ha sido de tu vida. ¿Qué caminos transitas sin que yo cuide tus pasos y tus sueños…? ¿Qué sol iluminará tus mañanas, qué soñarás ahora que no sé nada de ti…?

Nuestra historia, bueno, la historia que me inventé contigo… aún no ha tenido similar. Ha pasado mucho y he vivido mucho desde ese día en la entrada del colegio, donde nos sentamos a hablar por última vez.

Sin embargo, he aprendido tanto, tanto, que he vuelto al principio de todo: A ti. A esas tantas mañanas en las que me sentaba junto a la cancha para verte jugar fútbol durante el receso. A ese día especial en que mis amigas nos engañaron para que firmaras mi diario y luego, nos presentaron.

Sé que tú no recuerdas eso, yo no podría llegar a olvidarlo: tu cara de sorpresa, mis nervios a millón. Tú también nervioso (aún no sé por qué, me imagino que por lo niños que éramos) Tu franela blanca de rayas verdes como el pantalón que llevabas ese día, como tus ojos esa primera vez que se cruzaron con los míos (08.07.1989). El manchón que dejaste en tu pantalón por no estrechar mi mano con tu mano húmeda del hielo con que jugabas. El golpe que te dio Carlos en la espalda para que lograras decir tu nombre y mi carrera hasta mi salón escondiéndome de ti…. ¡Qué dulces recuerdos!… Cómo los chicos de mi salón sostenían la puerta hasta que te fuiste…. ¡Qué tontos somos a los 11 años, que creemos poder imaginar lo que el amor es!

…Luego, un año difícil para mí: apenas lograba verte algunos jueves si me escapaba de la clase de la profesora Celeste (tan bella, fue una madre para ambos). Ni te cuento la alegría que me daba cuando tú pasabas por el aula a saludarla… o cuánto rezaba yo para que nunca cambiaras de colegio. Tantas cartas te escribí, tantas poesías y ahora de eso no queda nada…, sólo mis recuerdos.

De ahí en adelante, las cosas mejoraron…. Estando ambos en bachillerato, era todo mucho más fácil para mí…: podía revisar tus horarios y así sabía exactamente dónde y qué clases tenías…. De vez en cuando corría con suerte y teníamos algún profesor en común, entonces le preguntaba por ti, o pasaba tus notas y así podía tener una idea de tus preferencias y tus gustos.

…Tres años más siguiendo tus pasos, tus gustos, tus alegrías y tus tristezas sin que lo supieras. Ya estábamos más grandes, mis amigas decían que era hora de que tuviera un novio… pero no podía. ¿Cómo enamorarme de alguien si sólo pensaba en ti?… Así, fui la última en tener novio. Cuando… llegó el momento en que debí decidir, supe que jamás iba a atreverme a establecer alguna relación de pareja contigo….

Entonces tuve mi primer novio y el segundo y el tercero… y ya luego no quise seguir probando, no los amaba. No podía enamorarme porque realmente estaba enamorada de ti, aunque tú ni lo imaginaras…. Entonces, llegó el momento más temido. Era mayo de 1993, en pocos meses yo sería promovida a 4to año y tú a 5to. Éste sí era el último año en que te tendría. …Yahvilé me apoyaba y me daba ideas a diario….

A veces espiábamos a Carlos (Oropeza) porque sabíamos que tú estarías con él. Entonces ya no sólo te seguía dentro del colegio, sino también los fines de semana. Hasta los seguíamos cuando iban a comprar discos los sábados en la mañana para luego quedarse en casa de Carlos, estudiando. Nuevamente, con un poquito de suerte, al caer la tarde pasaban juntos, caminando, por la iglesia Claret donde yo me reunía con los scouts y, como Carlos alguna vez perteneció al grupo, podías quedarte unos segundos mientras él saludaba viejas amistades.

Así iba pasando el mes y yo cada día estaba más triste. Una de las últimas semanas de ese mes faltaste tres días… yo estaba muy asustada. Yahvilé había descubierto que la profesora Carmencita (quien, por cierto, me adoraba) era tu tía. Entonces, respiré profundo, fui a su oficina y le dije que estaba muy preocupada por tus faltas. Ella, cortésmente, me dijo que estabas muy enfermo y me dio tu teléfono (por favor, no te molestes ahora) y hasta medio me explicó cómo llegar a tu casa pero yo estaba tan nerviosa porque ella pudiera descubrir que tú no tenías idea de mi existencia, que sólo llegué a captar que era cerca del Autocine. ¡Imagínate…!!!

Lo cierto, es que ese fin de semana nosotros debíamos ir un sábado al colegio,… ya no recuerdo por qué. Entonces, yo había quedado con mis padres en ir al cole, luego a casa de Yahvilé y de ahí a Claret, dónde ellos me buscarían al final de la tarde. …Ese día cambió, mi vida… salimos del cole mucho más temprano de lo que esperábamos… y Yahvi tuvo una de sus geniales ideas: ¡buscar tu casa…!!!

Yo quería matarla. Eso nos iba a tomar días. Podíamos ir de puerta en puerta preguntando si tu vivías en cada casa y aún así habría sido imposible encontrarte.… Yahvi me decía una y otra vez:

- ¡Concéntrate! Tú sabes que tú lo puedes encontrar. ¡Para eso eres medio brujita!!!

Y yo lo que hacía era reírme…. Luego de mucho caminar, decidí hacerle caso. Le pedí que nos detuviéramos un rato en un centro comercial que tenía un jardín muy bonito (ya no recuerdo como se llama, hace mucho que no voy por allí). Y ahí, por la parte de atrás, me senté a pensar en ti un buen rato. …Cuando nos levantamos, lo primero que vimos fue las letras doradas de un conjunto residencial: Uribeque.

Nunca supe si fue que la profe Carmencita me había dicho el nombre y mi subconsciente lo había recordado. Lo cierto es que le dije a Yahvi:

- ¡Ahí es!… Así que sólo ahí vamos a preguntar.

Nos acercamos a la garita y le preguntamos al vigilante quien, muy amablemente y sin permitirnos explicarnos… salió de una vez a buscarte a tu casa…. ¡Qué locura!!! ¿Con qué cara podía presentarme ante tí??? ¿Qué rayos iba a decirte???Cobardemente, nos fuimos antes de que regresara.

…Aún así, ya sabía que debía hacer algo…, alguna manera yo debía encontrar, pero no iba a poder vivir sin compartir un poquito de tu vida…. Terminaron las clases, pasarían dos meses sin verte y apenas me quedaba un año para ti.

¡Me decidí a ser tu amiga…!!! Entonces, te llamaba… casi a diario como a las 11 de la mañana. Justo entre el desayuno y tu baño, porque luego seguro salías a casa de Carlos o a otro sitio… pero era muy difícil encontrarte…. Y así, en esa suerte de anonimato, nos hicimos muy amigos…. Llegaste a decirme que extrañabas mis llamadas, luego de una semana que pasé de vacaciones en Maracay y no pude llamarte. Me contabas de ti y de tu vida y yo hacía lo mismo….

Ya cuando se acercaba el inicio del cole me preguntabas, casi a diario, si nos conoceríamos. Yo me limitaba a esquivar el tema o a darte pistas acerca de mí... Por si acaso me veías y me reconocías en el patio: una chica gordita y cabello negro liso, medio narizona y a veces con lentes... Y sólo si de verdad te interesaba hablar conmigo, te acercabas a mí.

…Mientras tanto, Carlos y yo habíamos estrechado nuestra amistad. Nos encontrábamos frecuentemente en casa de Yahvi o en la suya y hablábamos tardes enteras. Ambos nos tomamos mucho cariño y confianza y, a menudo, él me contaba historias de la chica aquella que te llamaba, que tú la querías conocer, que tenías curiosidad y otras cosas;… por lo que resolví decirle que yo era esa chica. En parte, no quería que pensara que mi acercamiento a él era sólo por ti y en otra, esperaba que me contara más...

No puedo negarlo. Me moría por saber los detalles acerca de lo que pensabas de mi…. Yo, en julio, había resuelto estudiar humanidades (de nuevo siguiendo tus paso) con la tonta esperanza de que pudiéramos coincidir en alguna materia, asi fuera como preparador. Pero al empezar las clases, aunque yo estaba casi decidida a estudiar psicología o comunicación social (lo que finalmente estudié) había otras carreras que también me interesaban, como arquitectura,… entonces preferí mantener abiertas mis opciones y especializarme en ciencias.

La mayoría de mis amigos tomaron el curso de humanidades y Yahvilé cambió de colegio, lo que no nos impidió seguir compartiendo por varios años más.… Un chico nuevo en la sección de humanidades, inmediatamente se unió al grupo: Emilio… Barroeta. Por supuesto, se enteró de la historia y me había tomado mucho cariño…. Lo que yo ignoraba era que te conocía.

Así, una tarde en la primera semana de clases, nos juntó en la que era aula del 4to de humanidades. …Uno de los salones más solitarios y alejados de todo el colegio. Casi me desmayo cuando te veo llegar con él. Gian, al verlos llegar, salió del salón y se llevó a Emilio, que solía ser muy indiscreto. Nunca olvidaré ese momento. Tú parado en el pasillo junto a Emilio. El cabello se te movía con la brisa y rozaba tus ojos como tantas veces lo había visto. Te tapaban la cara por momentos y entre el cabello podía ver tus ojos fijos en mí. El calor era tremendo, ese salón era muy encerrado. Sin embargo, podías escuchar la brisa en el pasillo. Estábamos a medio salón y ya en cada palabra luchaba por acercarme a la puerta, me daba terror que alguien nos encontrara allí, solos, y pensara algo equivocado.

Tú te portaste super caballeroso,… tanto como el día en que manchaste tu pantalón por no mojar mi mano. Me dijiste que no te imaginabas que era yo, que pensabas que era otra (eso fue una gran decepción para mí). Como buena adolescente, pensé que me creías una de las chicas lindas de mi clase…. Una de esas con las que todos sueñan. Hoy, muy tarde, me doy cuenta de que no era así. Yo me empeñaba en verme gorda, cuando en realidad era bastante delgada. Aún me pregunto con quién me confundirías. ¡Qué millones de inseguridades!!!

Esa misma tarde le dije a Carlos que habíamos hablado personalmente. ¡Se alegró mucho!!! ¡Estaba decidido a juntarnos! Más aún después de que tú terminaste con Renee…. Todos sabíamos lo mucho que te había afectado su regreso a Canadá y, debo confesar, que hacían una pareja genial. Siempre tuve esperanzas de que ustedes se volvieran a juntar en algún punto del futuro.

…De allí en adelante, el año fue genial. Verte a diario y poder hablarte. Continuaba llamándote seguido para no interrumpir nuestra rutina. Pasaba los descansos repartidos entre mis amigos y los tuyos y, de vez en cuando, podía pasar un descanso entero hablando contigo de música o de cualquier otra cosa. Con frecuencia, Carlos me alentaba para fuera coqueta contigo…. Creo que llegó a insinuarme que tú gustabas de mí. Pero yo me mantenía terca en mi propósito.

Pedro (Iorio) era el único que lograba comprenderme. Yo te adoraba tanto,… te admiraba y casi te idolatraba de tal manera, que el hecho de tener una relación contigo me aterrorizaba. Te había idealizado y no quería comprobar que mi ideal estaba errado. Muchas veces le dije a Carlos y a Pedro que si tú llegabas a hacerme daño (como pareja) o la relación no era lo que yo podía esperar, no sabría cómo manejar ese dolor. Por eso prefería seguir manteniendo tu imagen intacta y perfecta en mi mente como lo he hecho hasta ahora….

Me dediqué a escribir poesías en tu nombre y dije que algún día te las daría, desafortunadamente, ya no existen. Las vueltas del destino las destruyeron y sólo me queda en el recuerdo el inicio de la que era más especial: "“En tus ojos vi una dulce luz…".

Terminó el año y tú te graduaste. Pasé esas vacaciones llamándote con frecuencia, tanto como el agosto anterior. Sabía que estabas estudiando y buscabas empleo y ya luego se me empezó a complicar la vida a mi… entre el proyecto de ciencias (niña osada que quiso hacer un cultivo hidropónico), los cursos para la prueba de aptitud académica, las pruebas de admisión en las universidades, los scouts y mi familia. Pues no tenía tiempo de nada… así fui llamándote cada vez menos. Ya no sabía tu horario y se nos dificultaba mucho hablar….

Una tarde, al llegar al cole, fui directo a la oficina de la profe Carmencita a preguntarle por ti y me dijo que estabas por llegar. No recuerdo qué debías hacer allí. Ese día… me pidió que, por favor, te dijera que esperaras hasta las tres para entrar a su oficina. Yo debía entrar a clases a la 1 pero estaba decidida a darte su mensaje, así que como una niña muy buena y obediente me senté en el banquito que ahora estaba en el lugar donde nos presentaron por primera vez.. A la entrada del cole.

Se hizo la una y yo entre a mi salón pero corrí con la suerte de que el profesor con el que teníamos clases se ausentó ese día, por lo que estábamos libres hasta las cuatro y quince minutos. Me distraje hablando en el salón con mis compañeros y de pronto llega Emilio muy agitado a decirme que tú estás en el colegio….

Cuando salgo del salón, te encuentro sentado en el mismo sitio donde yo te había esperdo minutos antes. Me saludas y así nos sentamos a conversar por largo rato…. Me dijiste lo mucho que te gustaba el diseño gráfico y que pensabas dedicarte a ello. De nuevo tu cabello se movía con el viento y tapaba, por momentos, tus ojos verdes, azules, mar y cielo…. Llegó la hora en que debías irte y ya nunca más te volví a ver…. Yo seguí hablando con Carlos y él seguía animándome a que me acercara a ti...

Luego de ese día no te quise llamar más…. Ya había hecho una proyección de lo que quería que fuera mi vida universitaria y eso estaba lejos de Barquisimeto. Si me acercaba más a ti, corría el riesgo de arrepentirme y quedarme y estaba muy segura de que mi camino estaba fuerade allí.

He vivido mucho, todo ha dado muchas vueltas. Hace unos años pensé que te había vuelto a encontrar: revisaba una página web y ví tu nombre al pie:… Enrique Luque era el diseñador de la página. Te escribí un correo electrónico saludándote y tu respuesta, o la de la persona que recibió el mail era que no me recordaba. Para ese entonces yo estaba a punto de casarme. Mi novio era una persona muy celosa, revisó mi e-mail y se molestó muchísimo porque él sabía quién eras. Había leído mis poesías para ti y me había obligado a quemarlas unos años antes (¡Oh! ¡Qué tonterias es capaz de hacer un corazón enamorado!) La verdad, yo tampoco me molesté en explicarte mucho…. Borré el e-mail y casi no volví a pensar en ti, hasta hace tres días.

…Imagínate, eran las ocho de la mañana. Me monto en el metro en la estación Plaza Venezuela. El vagón está a reventar y entre la gente solo veo el perfil claro de un chico de facciones perfiladas, con el cabello negro y muy liso que le llegaba a las orejas. Él se movía tratando de esquivar a la gente y el cabello le cubría y descubría el rostro, pero estaba lejos. En Chacaito se bajó la mayoría de las personas que estaban entre nosotros, entonces lo pude ver mejor. Sí, se parecía mucho a ti pero... ¿Qué probabilidades habían de que tú ahora vivieras en Caracas??? Además, me pareció que el chico no tenía tus ojos grandes de cielo y mar. Ese color tan particular que sólo he visto en los tuyos…. Ya luego, no le volví a prestar atención. No me fijé si se bajó o no….

Desde ese momento, ese día fue sólo para recordarte. Pensaba que en otras circunstancias yo habría seguido al chico hasta estar verdaderamente segura de que no eras tú, aunque eso implicara hablar de frente con él y contarle mi cursi historia…. Cada segundo que pasaba recordaba un segundo más vivido cuando tú eras parte de mi vida…, mis sueños, mis anhelos, todo lo que ya logré y lo que estoy a punto de lograr….

Ese último día en el colegio día fue especialmente fresco, había mucha brisa y la brisa me recuerda a ti. Yo estaba de un humor muy particular, triste pero agradecida por tus recuerdos y sonreída por la buena compañía…. Hoy no sé si lo que he hecho esté bien o está mal. Sé que lo hice y estoy feliz de haberlo hecho.

Cada paso, cada meta lograda, cada golpe y cada caída me han hecho ser quien soy. Me han hecho replantearme la vida y volverla a vivir cada día con un ánimo fresco y renovado.… Irónicamente, hoy, 10 años después de ti, he vuelto a sentir ese mismo tipo de amor que sentí por ti: …platónico, puro y profundo como tus ojos, como los suyos… y entre tu recuerdo y su compañía sigo escribiendo mi historia, pero no puedo evitar preguntarme qué ha sido de ti.

Con amor, a Enrique Joaquín Luque Fernández. Aunque no me recuerdes, donde quiera que estés.…Y a todos los personajes de esta historia por si algún día los vuelvo a ver...