domingo, 11 de marzo de 2012

Un último favor...


(*) O "¡chivo que se devuelve, se 'esnuca...!!! Aunque cambió el contexto, sigue teniendo la misma validez....

Muerganito:

Creo que ya todo está dicho y hecho entre nosotros. Sé que no comprendes ni puedes aceptar mi actitud y esta es la última explicación que me creo capaz de darte. Por favor, toma lo que aquí te digo para tí, para mejorar y no cometer los mismos errores en el futuro. Ya basta de que tú mismo, por inseguridad, te sabotees esa felicidad que tanto anhelas.

Te pido que por favor no me juzgues. Mi intención está muy lejos de hacerte sentir mal o hacerte daño alguno. Como te he repetido millones de veces, tú no eres el único aquí con sentimientos que se puede sentir herido u ofendido. Otros, incluso yo, también tenemos sentimientos y mi única intención ahorita es protegerlos. Debo ser honesta: ¡sí, muerganito, me has hecho mucho daño! Tanta mentira y tanto engaño han cavado un hueco en mi y considero que cualquier acercamiento entre nosotros en este momento sólo nos conduciría a una más de tus relaciones desastrosas y destructivas. Antes de eso, yo, que siempre doy la cara y enfrento las cosas de una vez, prefiero huir.

Para mí ha sido suficiente lucha contra tí y tus circunstancias, mucho soportar intromisiones ajenas y humillaciones, insultos y momentos desagradables en nombre de un supuesto amor compartido que no existe. Me cansé de eso, muerganito. Me cansé de hacerme la loca ante tu doble vida, me cansé de jugar un juego donde la única que pierde soy yo. Me cansé de sentirme utilizada, de sentirme un adorno. De descubrir mentiras y sorpresas desagradables. Yo quiero tranquilidad y felicidad y para eso necesito a mi lado alguien en quien pueda confiar y ese alguien ya no eres tú. No quiero mañana conocer las 3 ó 4 direcciones de correo extra con las que te comunicabas con las otras, no quiero escuchar historias de nuevas Karinas o Lilianas que sucedieron durante nuestra relación. Con las que tengo han sido más que suficiente y creo que ningún corazón, ni siquiera el mío, puede reponerse ante tanto dolor.

Ya no encuentro cómo hacerte ver que esa no es la vida que yo buscaba para mí. Así que lo mejor es poner distancia. Entre nosotros no tienen cabida los mensajes amistosos ni mucho menos. Nunca fui tu amiga y nunca lo seré, así que ahórrate el trabajo de sentirte preocupado por mi o responsable de lo que me pase. No necesito mensajes de ánimo de tu parte, ni siquiera buenos deseos. Al fin y al cabo, este pedacito de vida lo compartimos porque así fue mi decisión y así mismo asumo sus consecuencias.

Yo no te juzgo. Sencillamente me ha tocado aceptar que somos diferentes y tenemos estilos de vida diferentes. Yo sí creo en una vida en paz con la verdad por delante. En una entrega total, sin medias tintas y en armonía con el mundo. Creo en ello porque ya lo he tenido y sé que el algún momento lo volveré a tener, porque es la única manera de tener tranquilidad y porque sólo así quiero vivir. En cambio, tú crees en una vida de conflictos, mentiras y secretos, donde eres siempre perseguido y acusado. Una vida a la que dices huirle, pero aún cuando has tenido en tus manos la forma para escapar del vicio, tú mismo creas el escenario para llevar los problemas hasta tí.

Como ya te dije, yo me cansé de luchar, me cansé de explicar y me cansé de comprender. Ya no estoy en posición de una nueva oportunidad de ninguna manera y bajo niguna ciscunstancia. Ya no hay excusas ni justificaciones para seguir viéndonos caminar en círculo tras tus errores. Ya no queda en mí ni un mínimo de confianza como para saludarte en navidad y cumpleaños. Yo, sencillamente, quiero que pase el dolor del tiempo perdido para seguir adelante como siempre lo he hecho: SOLA. Como he comprobado que es la mejor manera, al menos para mí. Yo pude mostrarte y enseñarte una vida honesta y sincera, llena de felicidad pero tú nunca quisiste confiar en mí y también de eso me cansé.

Posiblemente ahora puedas ver cómo yo sí cumplo lo que digo y cuando se acabó, se acabó. Pasaste al bando de los ex y conmigo no hay vuelta atrás. Aquí no caben más noches de pasión ni recaídas de ningún tipo, ni ahora ni en el futuro. Nuestra oportuniad ya pasó.

Siempre te lo dije: Yo no soy Ana María. Yo no voy a esperar que pasen 20 años y tú comprendas que me amas o que quieres estar conmigo o que ya no te queda nadie más para que me busques. Tampoco soy Jenny y no te voy a obligar a estar conmigo si, evidentemente, no es lo que quieres. En este punto tu pensarás: “yo sí quiero estar contigo” pero sabes que no es así. Puede que tú quieras estar conmigo y con todas las demás también, tener la libertad de tenerme a mi en casa, para cuando no queda otra y poder matar la curiosidad con todas las demás en la calle y no, esa es una libertad que yo no quiero. No en la relación que TÚ me planteaste. Tampoco te voy a insultar o a reclamar que no quieras estar conmigo o cumplir aquello que me ofreciste. No tiene caso, tu sigues el camino que conoces y yo seguiré el que yo conozco.

Tuvimos casi 3 años y muchos métodos y teorías para hacer las cosas bien pero tú nunca pensaste que yo te cumpliría, que yo comprendería. Claro, no tienes bases para juzgar una realidad que no conoces cuando tu mayor miedo es entregarte por completo a alguien, dejar atrás pasado y tus futuros posibles y ser sólo de una. No importa lo maravillosa que sea la mujer a tu lado, para ti ninguna valdrá ese esfuerzo. Pues te equivocas, yo sí valgo ese esfuerzo y mucho más y si tú no lo quisiste ver, ¡triste por tí...!

El favor que te pido es sencillo. Aunque le estés agarrando el gusto a internet, abstente de mantener conmigo cualquier tipo de relación o acercamiento. Yo haré lo mismo. Insisto, no me interesa tu amistad porque hasta para ser amigos hay que ser honestos y es más que obvio que tú estás incapacitado para eso. De aquí en adelante puedes contar con que no volverás a saber de mí a menos que sea por boca ajena. Los recibos, mientras sigan llegando a tu casa, los puedes botar. Tu cortina, te la haré llegar en cuanto pueda y ni siquiera para eso sabrás de mí. Por favor, si tanto dices que te importa mi salud y mi tranquilidad, colabórame con esto: ¡Mantén la misma distancia que yo hoy estoy poniendo contigo!

Si no supimos llenar las expectativas del otro en estos 3 años tan duros, creo que ambos hemos perdido el tiempo. Estábamos caminando un camino equivocado y la mejor manera de retomar nuestros caminos es como ha sido siempre, cada quien por su lado. Por mi, honestamente, te permito que sigas mintiendo. En lo que a mi respecta puedes seguir diciendo que no existo, que nunca existí y que has estado solo desde Jenny o antes. En adelante, mientras menos cosas me liguen a tí, más lejos estaré de verme involucrada de nuevo en alguno de estos enredos tuyos. Esa es mi meta. No tener nada más que ver contigo, nunca más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario