viernes, 23 de marzo de 2012

Preguntas sin respuestas/Respuestas sin preguntas


Esta noche, sola en mi cama, vuelven a mi los recuerdos de un pasado que jamás pasará, un presente que sólo yo puedo ver, un futuro que nadie más compartirá. En ocasiones, las preguntas invaden mi mente y me atormentan sin dejarme dormir, sentir, pensar o respirar. Me ahogan, ensordecen y enloquecen y las respuestas nunca llegan…

¿Dónde quedó todo aquel tierno y puro amor que compartimos? ¿Dónde estás tú? ¿Dónde estoy yo? ¿Aún me piensas? ¿Crees que te pienso? ¿Guardas en algún lugar de tu corazón la esperanza secreta de volverme a ver?

¿Aún sueñas con mi cuerpo tibio entre tus brazos? ¿Al recostarte de noche en tu cama, sientes cómo mis labios suaves recorren tu cuerpo y un leve cosquilleo te quita el sueño?

En las noches, cuando el sueño te vence y te dejas flotar en la cama… ¿No interrumpe tu descanso encontrarme también entre tus sueños? Entonces, despiertas agitado y sudoroso, tratando de conseguirme entre tus sábanas. Buscándome con tu brazo desesperadamente hasta que la somnolencia se disipa y recuerdas que estás solo…

Luego, te cuesta recobrar el sueño de pensar que yo podría estar en la misma situación .Y, por tu mente racionalista y práctica, sencillamente decides no pensar más y dedicarte a dormir, pues: “Mañana hay que trabajar”. Y así, noche tras noche y día tras día las preguntas también te persiguen y, a veces, te hacen sentir que dejas de disfrutar la vida por pensar en un pasado que quedó en el olvido o que quieres que quede en el olvido o que crees que yo olvidé.

Y, cuando estás un poquito nostálgico y filosófico, te preguntas dónde están esas respuestas y piensas y piensas y terminas aún más triste porque lo único que hay cierto es que esas preguntas no tienen respuesta…

Sabios dicen que todos tenemos las respuestas y que sólo hay que buscarlas en nuestro interior pero… ¿Qué pasa cuando buscas y buscas y sigues buscando y sólo das vueltas en un interminable círculo que te desquicia? Peor aún… ¿Qué pasa cuando sabes que tienes las respuestas y que éstas son la verdad más grande que podrás tener jamás? Y el miedo que lo hombres nos siembran te impide reconocerla y disfrutarla...

¿Qué será de nosotros, entonces, cuando ya no haya fuerzas para pensar, para hacernos preguntas e imaginarnos respuestas? ¿Qué será de nosotros cuando sea el viento quien nos pegue en la cara esa dulce y, para entonces, triste verdad que tratamos de ocultarnos tanto y que no podremos realizar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario