domingo, 11 de marzo de 2012

¿Quién eres? ¿Quién soy?


Porque eres así, simple y sencillo. Con una media sonrisa que me alegra la vida...

Para el resto del mundo, no eres más que un caballero errante. Un rebelde sin causa, un caso perdido que no consigue sino provocar dolores de cabeza. La mayor preocupación de tu familia y de quienes te quieren querer. El incomprendido, el abandonado. El que todos temen y a quien todos le caminan lejos ¡Qué equivocados están! Unos pocos lograrán ver que eres un Quijote más. Sin embargo, tampoco te podrán comprender jamás.

¡Para ti, todo se traduce en soledad y olvido!

Un romántico a morir, de esos que sueñan amores que llenan de música la vida. Que dibujan sonrisas a montón en medio de la más honda tristeza. El príncipe a caballo que todas soñamos de niñas. Que espera a su bella princesa dormida para devolverle la vida con un beso de amor.

Un idealista empedernido, convencido de sus ideales como nadie que haya podido conocer en vida. Fiel, sobre todo, a sí mismo ¿Será por eso que te admiro tanto? En medio de la locura de nuestras vidas has seguido ese camino complejo que te has trazado y sobreviviste. ¡Eres un triunfador!

Los de afuera podemos pensar que te cierras caminos, que te aislas y te proteges. ¿Pero quién necesita ser juzgado? Los interesados y superficiales quedan fuera de tu mundo de esa manera y son un estorbo menos con el cual lidiar en el día a día.

¿Parece fácil, no? Mandar al mundo y sus conceptos al carrizo viejo. Mirar adelante y afrontar cada día como viene. Lo sería, si no tuvieras sobre tus hombros el peso de ese adorable caballero que lucha por salir de la prisión.

Todos los contrastes en la medida justa. El amor del mundo para dar, con un ansia igual de grande por recibirlo. Dispuesto a salvar del peligro a cualquiera, pero añorando una princesa que te rescate. Independiente y autosuficiente, desesperado por poder compartir cada pedacito de día con alguien igual de apasionado.

No puedes culparme por querer protegerte. Yo tenía la verdad completa y tú sólo medias verdades. Hoy no sé si eso fue bueno o malo, sé que fue lo correcto. Que hoy puedas ver a través de un espejo de doble cara y se te desdibuje tu rostro con el mío, no es más que la consecuencia de lo que no sabias.

Por eso, voto por la honestidad que tenemos hoy. Sobre la base de una ilusión pasada, hoy se levantan profundas y fuertes columnas que soportarán el futuro. Con la verdad en las manos, a flor de piel, podemos ver el mundo tal cual es.

Un día, hace mucho, escribí:

"Mis labios ya no son mis labios, son la sombra que dejaron los tuyos al besarme".

Hoy esa frase cobra un nuevo significado para mí. De tanto extrañarte, de tanto pensarte, ya no sé si eres quien tú eres o si eres reflejo de todo lo que temo y amo de mi.

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